Por Guillermo Robles Ramírez
No solamente los mexicanos sentimos la penuria o carencia en el día a día, sino a diario ya sea en el camino al trabajo o la escuela. Pero lo peor del caso para reafirmar lo dicho es que ojos internacionales también así lo ven.
En una lista de 18 países, en donde se incluye a nuestro país, con un gran número de pobres ocupando el lugar número 13 de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina.
También México es señalado por la ONU, con severo problema en cuanto a pobreza y una de las zonas más afectadas es Oaxaca con un déficit arriba del 70 por ciento de la población en extrema miseria.
Para ejemplificar lo dicho anteriormente tan solo en los últimos cuatro años pasados aquella acción en lucha contra la pobreza en Oaxaca ha costado por encima de 172 mil millones de pesos y en lugar de bajar el índice ha sido todo lo contario aumentando en más de doscientos mil el número de oaxaqueños que viven con pobreza. Todo un fracaso los programas sociales por parte del gobierno federal y estatal.
Pero no es este el motivo principal del problema por el cual México tiene el peor promedio de pobreza en América Latina, sino son otros factores como es la falta de productividad y toma de decisiones correctas por parte de la administración federal para reactivar el empleo, manteniendo la seguridad e integración de la población, son algunos de los elementos que contribuyen a la gran problemática económica del país.
En pocas palabras, la actual administración nos ha dejado más endeudado con la economía internacional e incrementando los índices de marginación a las clases más vulnerables.
Todas las administraciones federales van dejando cada vez más al olvido aquella zona territorial del país, en donde millones de oaxaqueños no tienen alternativas para mejorar su vida, no conocen nada con respecto a los derechos humanos ya que no existe su práctica, y la violencia de los grupos criminales va creciendo en diferentes colonias y barrios de la localidad.
Pero no siendo suficiente con todo esto, los problemas climatológicos como las lluvias, el terremoto eleva aún más su nivel de pobreza extrema.
Y es que lamentablemente las personas pobres o la gente más vulnerable viven en zona con mayores riesgos, ubicadas en el cauce de los ríos o las laderas de los cerros. Además, sus viviendas son frágiles y suelen invertir sus pocos “ahorros” en ganado, por lo que la presencia de estos fenómenos naturales les arrebata todo lo que tienen.
Abandonados por todos los mexicanos, olvidados por sus funcionarios y todo aquel político que solo los recuerdan en sus campañas electorales, y en la amnesia cada presidente de México y tocados por el dedo de Dios por medio de sus catástrofes climatológicos como son las lluvias entre otros más que no solamente sacuden su fe sino hasta el punto de quebrantarse la existencia de un Dios bueno; eso es lo que queda de Oaxaca. Una entidad olvidada por Dios y el hombre. (premio estatal de periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org