Las necesidades básicas de la sociedad en México, han variado en su importante con el pasar de los años, en donde antes en primer lugar se encontraba la salud, le seguía el trabajo y por último, pero no menos importante la seguridad.
En la medida que fue incrementándose la violencia del crimen organizado tanto en su pelea territorial entre diferentes carteles y el combate de las mismas por las autoridades municipales, estatales y federales, fue en aumento la agresividad en donde estos grupos fueron atacando afectando directamente en la sociedad, así como en la economía comercial local y turística.
En ese momento fue cuando las necesidades básicas de la sociedad cambiaron de orden interponiéndose principalmente el concepto de seguridad por encima de cualquiera de las anteriores.
Al día de hoy las fuerzas militares, es decir, el Ejercito mexicano, así como La Marina, se vieron obligados a tener que intervenir dentro de las diferentes ciudades en todo el territorio de México para poder contrarrestar los efectos negativos de la delincuencia organizada, haciendo labor policiaca.
Mientras existe una percepción por parte de los mexicanos de mayor tranquilidad, pero sobre todo seguridad al ver la presencia de los cuerpos militares dentro de las ciudades o diferentes municipios del país; existe un grupo minoritario de aproximadamente 150 organizaciones, intelectuales académicos, periodistas, artistas y especialistas en temas de seguridad se pronuncian en contra de la aprobación de una ley que prolongue la violencia, pidiendo al Congreso de la Unión la no aprobación de la Ley de Seguridad Interior.
Esta Ley de Seguridad Interior se centraliza en el punto de la legalización en donde los militares puedan intervenir en asuntos o tareas que corresponden a autoridades civiles.
A manera personal considero que sí es una buena medida que tanto el Ejército Mexicano, así como La Marina puedan intervenir en asuntos de las policías locales de cada entidad, por la sencilla razón de que actualmente no existe una capacidad policiaca para hacerle frente a la grave situación de inseguridad por la que México está pasando.
No solo se trata ya del crimen organizado sino cada vez va en aumento el robo a comerciantes, tiendas de conveniencia, y robo habitacional en donde va aumentando un modus operandi cada vez más agresivo, violencia extrema y con armamento de uso exclusivo del ejército militar.
Algo también muy importante es que lamentablemente en una general, la imagen de la policía local de cualquier cabecera municipal está muy por debajo no solo por la expectativa del ciudadano, sino que ya no existe una imagen de honestidad, es decir, la población no ve si tienen o no tienen capacidad, sino que ve a los cuerpos de seguridad local como parte de los mismos grupos delictivos ya sea del crimen organizado o no.
Sin caer en un absoluto con respecto a esta apreciación ciudadana, lo que sí es una realidad es que aquellos pocos policías buenos quedan minimizados y perdidos para el resto de sus compañeros que lamentablemente usan una placa policiaca para delinquir.
Las organizaciones que están en contra de la intervención de las Fuerzas Armadas en labores policiales, han perdido la pelea para insistir o hacer posible que los gobiernos locales y estatales cumplan con su obligación legal en procurar construir corporaciones de policías eficaces, la erradicación de la corrupción de los mismos, así como su capacidad para poder enfrentar la delincuencia, han preferido criticar la única solución que puede dar una tranquilidad y seguridad a la población mientras continúe la ineficiencia de las instituciones de seguridad pública. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org