Por Irma Gallo
“Su biblioteca era, como lo había dicho antes, el lugar sagrado de Rafael, en donde él escribió sus últimos dos libros acerca de Porfirio Díaz y donde terminó su novela El paraíso en su memoria”, recordó en entrevista Mariana Tovar, viuda de Rafael Tovar y de Teresa, a un año de la muerte de éste.
Aunque sus libros no estaban ordenados alfabéticamente ni temáticamente, en su biblioteca, el primer secretario de cultura del país, sabía, en todo momento, dónde encontrar el que estaba buscando. En este, su espacio predilecto, pasaba la mayor parte del tiempo.
“Subía aquí todos los días, cuando llegaba de trabajar y se sentaba a oír música o bien se sentaba a leer y, sobre todo, a escribir. Escribía, al final, siempre en computadora. Se volvió un experto en gadgets y en computación y en todo este tipo de aparatos electrónicos. […] Cuando descubrió el iPad fue para él una maravilla porque entonces llevaba mil libros dentro del iPad. Y cuando tenía un mínimo tiempo libre sacaba su iPad y leía aunque fueran cinco minutitos. Era un curioso absoluto.”
Otras disciplinas en las que estaba interesado el secretario de cultura era la música, “era un melómano absoluto, pero el piano era su gran pasión”, señaló también su esposa. A esta pasión se sumó el gusto por la escultura que adquirió a lo largo de su vida”.
El miércoles, la Secretaría de Cultura Federal celebrará un homenaje a Tovar y de Teresa en el Palacio de Bellas Artes, esto a un año de su fallecimiento.