El Proyecto de Arqueología Reflexiva de Cotúa Island-Orinoco se propuso revitalizar la contemplación del arte rupestre por medio de la tecnología de drones equipados con cámaras de fotogrametría.
Los aviones no tripulados fueron capaces de crear representaciones tridimensionales de las tallas, informa National Geographic. Los arqueólogos que supervisan el programa han estado estudiando las tallas en el área durante años, pero nunca antes pudieron documentarlas con este grado de precisión.
Ahora, en el tercer año de un estudio, el proyecto ha registrado ocho grupos de paneles tallados hace dos mil años de cinco islas en los rápidos de Atures del río Orinoco, algunos de los cuales solo son visibles cuando caen los niveles del agua.
Estos hallazgos fueron publicados recientemente en la revista Antiquity por Philip Riris , miembro del proyecto e investigador postdoctoral del University College London Institute of Archaeology.
Con los escaneos de alta calidad de las esculturas, Riris y sus colegas pudieron observar las similitudes entre las tallas en Atures Rapids y las encontradas en otros sitios de la región, así como en áreas más distantes como Brasil y Colombia.
“Si bien el arte rupestre pintado se asocia principalmente con sitios funerarios remotos, estos grabados están incrustados en el día a día: cómo vivían y viajaban la gente en la región, la importancia de los recursos acuáticos y la subida y caída rítmica estacional del agua”, explicó a la revista Newsweek.
El proyecto conducirá a una mejor comprensión de estos dibujos y, en opinión del investigador, es el primer paso para “identificar el significado es mucho más desafiante que grabar el arte rupestre”.