El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros
Ambrose Bierce
La aparición en la escena política de Pedro Joaquín Delbois ha evidenciado una situación de la que nadie –en apariencia- quiere hablar en Quintana Roo, y es que se han conformado dos grupos para disputar el poder en 2018, pero su integración básica es con integrantes de las mismas familias; es decir, como si no hubiera disputa de fondo, como si al final el que gane no interesara porque “todo queda en familia”, pero además en uno de los equipos aparece como miembro activo el ex gobernador Félix González Canto. ¿y la justicia para los quintanarroenses que fueron saqueados por sus dos últimos gobiernos estatales? Esa puede esperar.
Joaquín Delbois es hijo del actual secretario de Energía del país, Pedro Joaquín Coldwell, medio hermano del actual mandatario quintanarroense, Carlos Joaquín González, pero mientras este último renunció a su militancia en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para poder acceder a la gubernatura postulado por Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), los dos primeros siguen militando en el tricolor y el hijo del secretario de gabinete federal se presenta como la opción para ganar la alcaldía de Cozumel, municipio origen de todos ellos actualmente gobernado por la alianza que llevara al mandatario al poder; es decir, así como el PAN-PRD llegó al gobierno de la mano de un Joaquín, el PRI comienza su regreso también de la mano de un Joaquín.
Entre los medio hermanos siempre ha habido respeto y sana distancia y rutas políticas diferentes; pero Joaquín Delbois está disputándole al tío el poder en un espacio que gobierna, apoyado por un ex mandatario al que el actual gobernador dijo le aplicaría la ley; y más aún, ese mismo ex gobernante y actual senador –según rumores- buscaría la diputación federal por el distrito 01 que incluye Cozumel; la respuesta del mandatario será seguramente dura, como la ruptura familiar que trascendió ocurrió entre el ex jefe de Despacho y virtual candidato a la diputación por el mismo distrito, Miguel Ramón Martín Azueta, con su hermano Jorge Alberto, quien también acudió al acto del hijo del secretario de Energía junto con González Canto; vaya traición familiar.
Claro que hay más actores en disputa, pero en el centro norte quintanarroense está la verdadera disputa: regresa el PRI al poder y con ello se mantiene la vigencia de actores como Félix González Canto, o Carlos Joaquín González asienta su crecimiento estatal junto con su equipo para preparar la segunda parte de su administración; pero en una lógica de respeto político-familiar ¿por qué acepta Pedro Joaquín Delbois disputarle el poder a su tío, encabezando un grupo en el que están sus enemigos políticos; será acaso cierto que, en política, las guerras son se mentira, pero los muertos son reales? Por cierto ¿qué papel juega entonces el elector, si tiene sólo dos opciones que, en apariencia, son una misma cosa?
COMENTARIO MORBOSO
Con la nominación de Pedro Joaquín Delbois como candidato a la alcaldía cozumeleña hay más “muertos” — como el dirigente del Partido Verde Ecologista en ese municipio, Salvador Rocha Vargas, quien salió del tricolor hace meses cuando le negaron la dirigencia municipal.
Rocha Vargas aseguró que, aunque el PVEM fuera en coalición con el PRI, la candidatura a la alcaldía la encabezaría su nuevo partido, recalcando incluso que “no le harían la chamba a nadie”, dejando entrever que, si no era él el candidato, no participaría en la campaña. Pues bien, aunque el rumor público fue siempre que el ex secretario de Seguridad Pública seguía obedeciendo las órdenes del senador Félix González Canto, el novel político aseguraba que había incluso desencuentros marcados con él; pero ahora ni será candidato, González Canto está de lleno en la campaña cozumeleña y el PRI será quien encabece la coalición en ese sitio; luego entonces ¿alguien ha visto a Salvador Rocha Vargas? ¿Habrá realmente ruptura política, o lo veremos integrado como regidor en la planilla del hijo del secretario de Energía federal? Lo dicho, los muertos sí son reales; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.