Desciende, noche de fin de año,
hacia el oscuro tiempo que te espera.
Alta noche última,
tú que reinas
entre espanto y fortuna,
haznos flotar sin miedo
en tu vientre plural donde recoges
los sueños desterrados,
las almas quebradizas.
Rescátanos en tu cera prodigiosa
para inundar de nuevo el calendario,
extraviar transitorios la cordura
y renacer obstinados a otro sueño.
Foto: Víctor M. Navarro