Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 8 feb (PL) El Vaticano pasó a la ofensiva respecto a denuncias de abusos sexuales y complicidad de la iglesia católica en Chile, en una muestra de la decisión del papa Francisco de esclarecer todos estos expedientes.
A fines de enero y apenas dos semanas después de la visita del Santo Padre a Chile, el Vaticano anunció el envío al país austral del arzobispo de Malta, monseñor Charles J. Scicluna, encargado de los delitos más graves cometidos dentro de la Iglesia.
En un principio se informó que monseñor Scicluna vería el testimonio del ex seminarista Juan Carlos Cruz vía Skype desde una iglesia en Filadelfia, Estados Unidos. Pero Su Santidad cambió la instrucción.
Ahora el experto del Vaticano se trasladará a Nueva York para entrevistarse con Cruz el 17 de febrero, por acuerdo entre ambos, según se dio a conocer oficialmente. El papa quiere que Scicluna obtenga el testimonio de primera mano.
Cruz, una de las víctimas de los abusos del defenestrado cura Fernando Karadima envió al Sumo Pontífice una carta en 2015 en la que detalló las atrocidades cometidas por párroco y el contubernio del todavía obispo de Osorno (sur de Chile), Juan Barros.
Precisamente el obispo Barros se convirtió en manzana de la discordia durante la visita aquí de Francisco, quien terminó explícitamente dándole su apoyo y calificó las denuncias en su contra de «calumnias sin prueba alguna».
Sus declaraciones encendieron el ambiente en Chile. Sin embargo, en su vuelo de regreso a Roma desde Perú, informado de las negativas repercusiones a sus comentarios, dio el primer paso de rectificación al admitir que quiso decir evidencia y no prueba.
A propósito de algunas informaciones recientes sobre el obispo chileno, el pontífice ha dispuesto enviar al arzobispo de Malta, «para escuchar a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen sobre el religioso».
«Es un proceso el cual estará abierto a todas las personas que quieran ofrecer testimonios, así como acceso a los procesos judiciales adelantados en el terreno civil», señaló la Conferencia Episcopal de Chile.
De esta forma el obispo de Roma dio señales de firmeza en su compromiso con acabar con los casos de pedofilia y trasgresiones sexuales cometidos por algunos ministros de la iglesia.
Aún así, las reacciones de los Laicos de Osorno y del propio Cruz obligaron a una acción más audaz. La entrevista con monseñor Scicluna puede ser crucial en el futuro y hasta pudiera devolver la credibilidad.
Cruz le escribió al pontífice que uno de los pupilos de Karadima, el ahora obispo Juan Barros, estuvo presente durante los abusos y que no hizo nada al respecto, y cuestionó la decisión de Francisco de ordenarlo obispo.
Revivir todo lo ocurrido en el pasado es terrible, pero si con esto uno puede ayudar a que otros no les pase lo mismo, vale la pena hacerlo, afirmó el testigo que en la actualidad es periodista residente en Filadelfia.
El arzobispo de Malta es el fiscal del tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargado de investigar los ‘delicta graviora’, es decir, los crímenes que la Iglesia considera más graves, cometidos contra la eucaristía.
Incluye con particular acento, el secreto de confesión o los abusos sexuales perpetrados por el clero a menores.