Por Alberto Aranda
En la casa estilo porfiriano construida a principios del siglo XIX, de la calle de Río Lerma 35, en la ciudad de México, habitó Venustiano Carranza. Por tres años permaneció cerrada ya que en su totalidad fue sometida a una restauración y remodelación de sus espacios.
“El Museo Casa Carranza ha sido objeto de una evidente remodelación de sus instalaciones dentro de un muy ambicioso proyecto desarrollado con la finalidad de proponer nuevas miradas a la historia, lo cual permitirá a los diferentes grupos establecer lazos afectivos y desarrollar un enfoque reflexivo a partir del uso de nuevas formas de comunicación interactiva”, explica José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del INAH. “En su momento, el Alcázar del Castillo de Chapultepec fue tal vez el prototipo de un museo de sitio, bueno, la Casa Carranza ahora ocupa el lugar puntero y se señala como el ideal de esos museos de sitio del país”
Con una inversión de quince millones de pesos, el INAH realizó la restructuración del museo, su guion científico, cambió la explanada, oficinas y galerías así como también el despacho del presidente Carranza, la cocina, las habitaciones y los baños y se restauró el 80% de la obra pictórica y el 70% de los textiles, incluida la camisa que traía puesta cuando fue asesinado.
“La nueva museografía comprende tres ejes temáticos. El primero se refiere a la arquitectura de la casa en la que se desarrolló una restructuración y mejora de los espacios exteriores y la construcción de un espacio para realizar actividades educativas. El segundo eje comprende el desarrollo de la vida cotidiana y de la vida de la familia Carranza; y el tercer eje consiste en informar sobre el quehacer público como caudillo revolucionario, el único con visión de estado y como presidente de la república.