La Habana, 26 feb (PL) Luego de 25 años de su fundación, el Museo del Tabaco de La Habana Vieja permanece hoy como un instructivo lugar ,para quienes quieren aprender de las tradiciones y cultura de esa aromática hoja.
Tal efemérides coincide con la apertura de la XX edición del Festival del Habano, lo que trae a muchas personas interesadas en apreciar sus piezas y dialogar con expertos que les cuenten la trayectoria del considerado el mejor puro Premium del mundo, el habano.
Al frente de esta institución, la experta Zoe Nocedo, recalca que su museo pertenece a la Oficina del Historiador de La Habana (Eusebio Leal), una entidad que rescata a capa y espada la cultura industrial y otros elementos indispensables para el conocimiento de Cuba.
Ubicado en la calle Amargura entre Mercaderes y San Ignacio (Habana Vieja) es signo de toda una producción de lujo, que atrae la mirada de expertos de los más importantes mercados tabacaleros.
Marcando un espacio pequeño, hacia un primer piso, se encuentra el Museo del Tabaco.
Los más exigentes comentan que es un sitio para soñar, para recordar y tener siempre activo este producto, desde sus diferentes aristas. Allí se realizan encuentros, exposiciones, entrevistas, seminarios y cursos de nivel superior, relacionados con el tabaco cubano.
A ese escenario asisten personalidades de todas partes del mundo, sobre todo académicos: historiadores, periodistas, comerciantes. En los bajos, cuenta además con una Casa del Habano.
El Museo abrió sus puertas el 26 de febrero de 1993 en una casona del siglo XVIII, perteneciente en su momento a la familia Bartolomé Luque, con cambios de dueños y transformaciones hasta convertirse en lo que es hoy.
Ese centro cultural cuenta con tres salones. En el principal está el recibidor con pinturas y muebles, y una prensa de tabaco del siglo XIX que pertenecía a la fábrica La Corona, la imagen aborigen de un Cemí, o escultura en madera para los rituales del tabaco y otros objetos.
Como colecciones sumamente curiosas aparecen pipas arqueológicas encontradas en la Bahía de Matanzas, a unos 100 kilómetros hacia el este de La Habana, y una inglesa del siglo XVII rescatada del Palacio de los Capitanes Generales, hoy museo, también en La Habana Vieja.
Otra de las muestras importantes lo constituyen Piedras litográficas, la primera técnica empleada para confeccionar anillas e ilustraciones de tabaco, con un mural sobre el tema, y piezas de la década de los 80 del siglo XIX.