La buenaventura, cuadro pintado en 1596, es la única obra que se exhibe del maestro del claroscuro en la muestra Caravaggio. Una obra, un legado que en días pasados abrió sus puertas al público en el Museo Nacional de Arte. En ella vemos a un joven que porta un traje de mangas abullonadas, atuendo de moda desde 1594, mientras una gitana le lee la mano, ¿acaso para robarle la sortija que en ella porta?
La obra, que se considera clave en el desarrollo del trabajo posterior del italiano, dialoga con 16 piezas provenientes de colecciones nacionales y que dan muestra de la influencia de su trabajo en pintores de otras latitudes.