Por Huemanzin Rodríguez
En su primera visita a México, Ventura Pons fue apuñalado mientras caminaba en la noche. Hubo que pasar tiempo para que se reconciliara con el país. Despreocupado menciona la anécdota con orgullo pues los amigos son quienes convirtieron el ataque en eso, una anécdota. “Espero poder ver en este viaje a Ripstein, Laura Esquivel y muchos amigos. Ya les avisé que hagamos una fiesta en Ciudad de México para vernos todos”, dice Ventura Pons, guionista, director de teatro y de cine con una amplia trayectoria.
¿Qué le ha dado el teatro a su cinematografía?
El teatro más interesante siempre va cuatro pasos delante de lo que es el cine. Del teatro he aprendido dos cosas: una el trato con los actores y la otra la disciplina al texto. Los grandes realizadores del cine empezaron en teatro: Bergman, Visconti, Fassbinder, incluso Sam Mendes que ahora hace 007. Una vez le oí a Bergman que el tiempo en el teatro si no lo tienes un día en la siguiente función puedes cambiarlo. En el cine es distinto. Creo que eso es algo que los diferencia. Pero cuando haces una película lo más importante es la historia, el guión, luego el director, el reparto, los actores que tú escojas para que defiendan tus ideas. Y lo hagan bien. Si te falla una de estas tres patas no hay película.
Aquí presenta su más reciente película Miss Dalí (2018) que explora la relación de amor y odio que tuvieron los hermanos Anna María y Salvador.
Es una película en la que he trabajado hace cinco años, guion, guion, guion, guion. Yo he conocido mucho el mundo de Dalí, de hecho, desde el año 68 vivo entre Barcelona y Cadaqués, vivo delante de la casa de Dalí, he conocido a Dalí, a Gala, tengo muchas historias que por cuestión de síntesis no están en la película.
Cuando yo escribo un guión hago un master. Me he leído como 23 libros de ese mundo que conocía muy bien y he descubierto cosas, con un poquitín de aquí, con un poquitín de allá, como un guiso. Tiene que hacer chup, chup lentamente porque las cosas reposadas salen mejor.
¿Ya tiene una fecha de estreno en México? México es el país que más cine español consume, pero aun así las cinematografías mundiales no se pueden ver bien en el mundo.
Lo que era el cine de cuando era pequeño, ha cambiado mucho. Antes podía reconocer perfectamente una película de FOX, de la Warner, de Disney, de la Metro, ahora hay una sensación de que todo es Gringolandia o Yankylandia, los que hacemos un tipo, o lo que hacen incluso dentro de los Estados Unidos un cine diferente, son como bichos raros. Pero claro, no podemos permitir que el cine sea lo que es, los multiplex y esas cosas. En todos los países hay un cine interesante, hay un agujero para que se exhiban cosas que valgan la pena, que vinculen al público con el cine, que vuelvan a la Capilla Sixtina, no a una Tablet, o televisión. Antes, cuando había fronteras, no había barreras, entre por ejemplo, nosotros, los italianos, los franceses, los alemanes y los británicos. Ahora no las hay y el que manda es Yankylandia o Gringolandia, llámele como quiera, ahora es más difícil. Pero no solamente es en cine, pasa en literatura, en teatro, en música, etcétera.
¿Es difícil atrapar a un público que prefiere ver cine en pantallas pequeñas?
Todo ha cambiado a peor. Pero aquí estamos en la lucha por mantener y seguir con nuestra integridad y libertad artística. Y seguro que hay un público huérfano que está a la espera de ver este tipo de cine, no el mío, el de muchos otros colegas que estamos en el mismo sendero. Lo más importante es cómo llegas al público, esta barrera que hay, hay que saltarla.
¿Qué le parece que Cataluña sea Región Invitada de Honor en este FICG?
La verdad que el FICG con la figura del gran Iván Trujillo, reconozca a Cataluña como región y como Invitado de honor este año, es una cosa que nunca se lo agradeceremos bastante. Lo que pasa con la cinematografía de Cataluña es que en conjunto forma una idea de país muy interesante. Hay un cine joven de mujeres directoras realmente interesante. Hay que llegar al sitio correcto y en el momento correcto. Yo creo que el FICG de Iván Trujillo es extraordinario.
La cultura es el alma de un país, como la lengua. No tiene que ser un acto político, yo creo que el mejor servicio que puedes hacer a tu país, sea el que sea es hacer tu trabajo bien hecho. No hay que mezclar cosas. Que luego adquieran significado eso es otra cosa.