Se trata de la primera vez que ambos países se unen en este tipo de operaciones y desde el año pasado están inmersos en la fase de prueba del aparato.
Según la Academia, su lanzamiento permitirá ampliar la cooperación entre las dos naciones e implementar el acuerdo climático alcanzado en París.
Según la Academia, su lanzamiento permitirá ampliar la cooperación entre las dos naciones e implementar el acuerdo climático alcanzado en París.
El satélite pesa 700 kilogramos y su función principal será captar información precisa sobre el oleaje, los témpanos de hielos flotantes, los glaciares y la dinámica oceánica.
A fin de realizar esas tareas, se le incorporarán equipos hechos en Francia y China. El aparato partirá al espacio bordo del impulsor Larga Marcha, diseñado en Shanghái.
China tiene actualmente más de 150 satélites en órbita con un funcionamiento estable, cantidad sólo superada por Estados Unidos, según expertos. Con esa tecnología, el país asiático lleva adelante el desarrollo socio-económico, la protección de los recursos naturales y la prevención de desastres, así como el fomento de las industrias emergentes.