Por Huemanzin Rodríguez
En la librería Rosario Castellanos, del Fondo de Cultura Económica, a propósito del XX aniversario luctuoso de Octavio Paz, se ha inaugurado la exposición Cartas de creencia, en una clara alusión al poema amoroso de Paz, donde se puede analizar en los documentos el progreso de ciertas ideas del premio Nobel mexicano.
“Cada carta de las que exhibimos aquí es una convicción, es una carta en donde el poeta le propone al FCE lo idóneo que sería que México conociera a un autor que él acaba de descubrir. Lo extraordinario es que tenemos la carta, el documento original, la respuesta del director del FCE en ese momento y el inicio de un proyecto. Después tenemos en los capelos, pruebas de la obra misma”, nos cuenta Juan Carlos Rodríguez, gerente editorial del FCE.
Entre los autores recomendados por Paz que terminaron por ser pilares del catálogo del FCE, están Claude Leví-Strauss o Román Jakobsson. También vemos cómo recomienda la publicación de obras de Tomás Segovia. Pero también en las cartas que envió el poeta desde diversas partes del mundo, se puede ver esa visión que Paz tenía de su obra y el cuidado y seguimiento no sólo de las impresiones y traducciones, incluso del tipo de letra, papel o portada que debía tener la reimpresión de su obra con sus correcciones revisadas.
“Por eso pusimos aquí esta frase del poema: ‘Entre la noche y el día hay un territorio impreciso, no es ni luz ni sombra, es tiempo…’. Porque lo que da la carta es tiempo. La carta toma meses en llegar a México. Implica meses de reflexión. Luego cuando la recibe el editor, escribe una carta que tiene que tener la permanencia suficiente para que cuando llegue al otro lado de vuelta siga siendo contundente, siga siendo presente. Eso implica una reflexión a través del tiempo y no del instante que cambia de segundo a segundo, sino que nos obliga a reflexionar con mayor permanencia.”
Una exposición que revela la lucidez de Paz, del tiempo que habita en la historia, y la conciencia de la creación de su obra.