Kabul, 22 abr (PL) Un atacante suicida se inmoló hoy frente a un centro de registro de votantes en Kabul, matando al menos a 31 personas e hiriendo a más de 50, la mayoría de ellas haciendo cola para recibir documentos de identidad.
El Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por el ataque a un proyecto de importancia clave para la credibilidad del gobierno del presidente Ashraf Ghani, que se comprometió a celebrar elecciones parlamentarias este año, reportó el portal arynews.tv.
Según el portavoz del Ministerio del Interior, Najib Danesh, un atacante suicida a pie se acercó al centro donde los funcionarios habían estado emitiendo tarjetas de identidad como parte del proceso de registro de votantes para las elecciones programadas para octubre.
Un portavoz del Ministerio de Salud Pública dijo que al menos 31 personas habían resultado muertas y 54 heridas. La explosión destruyó autos y ventanas rotas en edificios cercanos, dejando escombros esparcidos por la calle.
Se trata del ataque más grave en Kabul desde que unas 100 personas murieron en enero por una bomba oculta en una ambulancia.
La explosión tuvo lugar en Dasht-e Barchi, un área del oeste de Kabul habitada por muchos miembros de la minoría Hazara, principalmente chiítas, que ha sido repetidamente golpeada por los ataques reivindicados por el Estado Islámico.
«Había mujeres, niños. Todos habían venido a buscar sus documentos de identidad «, dijo Bashir Ahmad, que estuvo cerca del lugar, que ocurrió a pesar de las medidas de seguridad posteriores al ataque de enero.
Centros de registro de votantes se establecen en todo Afganistán antes de las elecciones parlamentarias y de consejos de distrito que se celebrarán en octubre.
El registro de votantes comenzó este mes, a pesar de una serie de ataques aparentemente destinados a interrumpir los preparativos.
También hoy una bomba colocada al costado de un camino cerca de un centro de registro de votantes en la ciudad septentrional de Pul-i Khumri mató a seis miembros de una familia e hirió a tres mientras pasaban por el sitio, aunque no había indicios de que los ataques estuvieran vinculados.
Según cifras de la ONU, más de 750 personas han sido asesinadas o mutiladas en ataques suicidas y ataques con bombas perpetrados por grupos militantes durante los tres meses hasta marzo.