Por Alberto Aranda
Tras el sismo del pasado 19 de septiembre, en la Ciudad de México se descubrieron irregularidades en la construcción de inmuebles, el más emblemático de estos es el edificio que estaba en la calle de Álvaro Obregón 286. El edificio colapsó y fallecieron 49 personas, las cuales se hubieran podido salvarse de haberse seguido las recomendaciones que desde 1985 se tenían sobre éste. Ahora, en su lugar, las autoridades de la capital del país pretenden construir un memorial.
“Siento que es una burla el memorial, porque siete meses fuera de tu casa, siete meses que no te han atendido, siete meses que han pasado y tanta gente que está viviendo en la calle. El gobierno está más preocupado por hacer un memorial y gastar tantos millones que en solucionar la situación que estamos viviendo los damnificados”, dice Lesly López, damnificada.
“No sabemos cómo se está utilizando el dinero con exactitud. No sabemos cuál es el planteamiento o el plan para que más de 7 mil familias salgan de la emergencia, más de 700 edificio que siguen sin tener un dictamen definitivo. Todo esto no se ha atendido y sin embargo ya se está hablando de crear un memorial”, comenta Sergio Beltrán García, arquitecto.
Actualmente, existe un concurso para hacer el monumento en el predio de Álvaro Obregón; el terreno será expropiado y el dueño indemnizado.
“Están planteando que se van a utilizar 60 millones de pesos para este proyecto: 46 van a ser para la compra del terreno de 780 metros cuadrados y 14 para la construcción del proyecto”, explica Beltrán. “El dueño ahorita está en proceso por tener parte en la pérdida de estas 49 vidas. Los familiares de las víctimas están considerando incluso la vía penal para obtener justicia. Dentro de lo que debe de cumplir el dueño en la integración del daño está la compensación económica a los familiares, y cae la coincidencia de que el monto total que tendría que pagar el dueño por esta reparación integral, esa cantidad se acerca peligrosamente a los 46 millones de pesos que tiene que darse para expropiar, es decir, nuestros impuestos para expropiar se van a dar al dueño y de su mano van a pasar a las víctimas. De cierta forma este proyecto está eximiendo al dueño de su responsabilidad”, continuó el arquitecto.
El concurso para la reconstrucción del memorial cierra el 30 de abril. Lo que pide la sociedad civil es un espacio para honrar a los muertos y damnificados, un lugar para reflexionar e informar sobre los problemas de construcción de la Ciudad México, en el que se capacite para hacer frente a desastres naturales. Antes, es urgente la atención a las personas que aún están sin hogar y la reparación de los daños a los que perdieron a sus familias.
“Pensamos que el mejor memorial es una reconstrucción justa y digna, acercar el acceso a la justicia a las víctimas y a los damnificados, y ¿por qué hablamos de justicia?, porque sostenemos que todos los colapsos que ocurrieron en el sismo tienen que ver con algún tema de omisión por parte de las autoridades”, finaliza Sergio Beltrán García.