Naciones Unidas, 27 abr (PL) La población de refugiados rohinyás en Bangladesh ya supera el millón de personas, según estimaciones divulgadas hoy por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Desde enero pasado hasta la fecha, unos ocho mil rohinyás huyeron de Myanmar debido a la violencia, la persecución y los asesinatos a los cuales son sometidos, señala esa agencia de la ONU.
En tanto, el gobierno y el pueblo de Bangladesh han demostrado una generosidad extraordinaria hacia los refugiados de esa minoría musulmana, reconoció la OCHA.
Además, destacó las contribuciones de la comunidad internacional y las donaciones de los socios humanitarios dirigidas a respaldar las necesidades de asistencia de esa comunidad.
La última ronda de distribución de alimentos llegó a más de 470 mil personas, y también se construyeron más de cinco mil pozos y 47 mil letrinas con el fin de mejorar las condiciones sanitarias y de salubridad.
De acuerdo con la OCHA, más de nueve mil niños rohinyás reciben educación primaria y se desarrollan acciones dirigidas a proteger a los sobrevivientes de la violencia sexual y por motivos de género.
Por otra parte, se impulsan medidas para fortalecer los esfuerzos de preparación ante la llegada de la temporada de ciclones y monzones.
Unos 65 mil hogares han recibido suministros para hacer a sus refugios resistentes a los monzones y más de 15 mil refugiados en áreas en riesgo serán trasladados a un terreno más seguro, precisó la agencia. Hasta la fecha, el Plan de Respuesta Conjunta para la Crisis Humanitaria de los Rohinyás -lanzado a mediados de marzo- solo cuenta con un 9 por ciento de financiación y hacen falta unos 951 millones de dólares para responder a las crecientes necesidades.
La víspera, el secretario general de la ONU, António Guterres, nombró a la diplomática suiza Christine Schraner Burgener como nueva enviada especial para Myanmar, puesto que estaba sin cubrir desde hace varias semanas.
Según reportes de Naciones Unidas, la situación en Rakhine resulta extremadamente preocupante, y en los últimos tiempos se registraron más informes de amenazas y extorsiones contra los rohinyás.
La demolición de aldeas quemadas o abandonadas y las restricciones de movimiento impuestas a esa minoría musulmana continúan, mientras unos 500 mil rohinyás que aún viven en Rakhine enfrentan discriminación, marginación y atraviesan numerosas dificultades para acceder a la atención médica, educación y medios de subsistencia.