Por Huemanzin Rodríguez
Desde 1990 se realiza en México la Bienal Internacional del Cartel que este año celebra su 28 aniversario. Como parte de las actividades que esta bienal lleva a cabo está también el Congreso Internacional del Diseño que tendrá lugar en la ciudad de Xalapa, en el estado de Veracruz; estas dos actividades, aunque vinculadas entre sí, tienen diferentes objetivos. Xavier Bermúdez, director de la bienal, cuenta que desde un principio se ha buscado volver a las raíces del diseño.
“Llevamos 28 años trabajándola, desde un principio quisimos modificar la concepción de las Bienales Internacionales, nosotros venimos de una tradición de bienales europeas: Varsovia, Brno, Finlandia, países que entendieron esto desde hace muchos años. Varsovia está cumpliendo 50 años con su bienal y tienen el primer museo del cartel, pero ellos dedicaban sus bienales a una competencia entre los grandes creadores del cartel. Cuando retomamos esta idea y la trajimos a México para producir una bienal de carácter mexicano, definimos, y en eso estuvo muy de acuerdo Vicente Rojo, Martha Covarrubias, el mismo Felipe Covarrubias, que debía ser muy diferente y lo más importante era dar cabida entre los grandes creadores a los jóvenes creadores mexicanos generando una gran plataforma que permitiera que ellos expresaran todas sus nuevas ideas.
Después de 28 años nos hemos dado cuenta que tenemos una participación de ochente países. No hay ninguna bienal que tenga esta participación a nivel mundial, y que superamos los 7 mil 400 carteles enviados a esta convocatoria. Eso quiere decir que la bienal está creciendo y se está renovando con estas nuevas generaciones. Los viejos diseñadores que aprendimos a hacer las cosas con las manos y a pensar en el diseño de otra manera estamos obligados a que los principios de diseño se conserven pero también a abrirnos a las nuevas formas expresivas y las nuevas formas de comunicación de las nuevas generaciones, las nuevas tecnologías; lenguajes que tienen que irse renovando.
¿Cuál es el estado del diseño gráfico hoy tomando en cuenta las propuestas que llegan a la bienal?
No necesariamente los nuevos lenguajes surgen de las tecnologías más contemporáneas. Si tú vas a las escuelas de diseño, han perdido la gran calidad de ilustración y de dibujo que tenía el cartel mexicano. Basta ver, por ejemplo, los carteles que vienen desde los años treinta hasta los últimos de los años setenta donde todavía los diseñadores e ilustradores hacían cartel, un cartel de calidad en el dibujo, insuperable, ahí está Renau, Cabral, todas esas personas como Cacho, que hacían carteles para películas, algunas de ellas espantosas, pero las ilustraciones estaban hechas por estos grandes dibujantes mexicanos. Creo que terminando el 68, este parteaguas enorme de cómo se presenta México ante el mundo, las escuelas han perdido el rumbo y nos estamos olvidando de que la originalidad no viene de las nuevas tecnologías, sino de la mano y de los ojos de la gente creadora. Hay que volver a esos principios. Esa es un poco la apuesta de la bienal, que los jóvenes dibujen, aunque sea en una tableta, pero hay que saber dibujar primero. Esos principios hay que regresarle a este diseño mexicano con un carácter más propio y de más calidad.
Después de la inauguración de la exposición con los carteles ganadores de esta bienal que tendrá lugar en el Museo Franz Mayer, a finales del mes de octubre, ¿qué tiene planeado?
Un congreso increíble, vamos a regresar a la ciudad de Xalapa, esto lo hacemos cada dos años y ha ido creciendo, pero en esta ocasión hay una plataforma muy particular. Xalapa revive en términos culturales, no es que esté totalmente muerta pero en los últimos gobiernos hubo una baja en la producción artística y la salida de muchos creadores y la muerte de gente como Pitol. Pensamos que Xalapa es particularmente interesante por sus condiciones topográficas: se puede caminar, hay muchos cafés y se puede convivir entre la población y los grandes creadores. Ahí vamos a poder ver a los jóvenes y a los Neville Brody, con curadores del museo de Londres, con directores con proyectos tan importantes como el Centro de Diseño de Taiwán. Se trata de poner a la mesa a estos jóvenes para que entiendan cómo estos países y estos proyectos están generando nuevos lenguajes sin perder principios y que el diseño que más nos importa es el socialmente necesario. Es lo que necesita México, dejar de ser un país maquilador y productor de materia prima barata para ser un país que su creatividad se ponga en evidencia a través del diseño.
No es una responsabilidad ni de la Bienal del Cartel ni del Congreso Internacional del Diseño, pero ¿de qué manera el diseño se involucra en el desarrollo de las ciudades?
La mejor definición de la palabra diseño me parece que aparece en el diccionario inglés, donde se lee Design: Mental plan (plan mental). No tiene nada que ver con dibujar, es una planeación estratégica y la ciudad de Xalapa tiene características únicas en el país: tiene unas zonas de agua preciosas con lagos, tiene una universidad, es una ciudad muy importante que le dio a las artes y al diseño un lugar al tener más de 350 profesores universitarios académicos dedicados a la formación artística; tener esa Facultad de Artes Plásticas de las más antiguas, tener la primera escuela de jazz y darle el carácter de licenciatura, y generar toda esta vinculación de las grandes tradiciones de Veracruz con el arte contemporáneo nos permite tener un foro extraordinario. Y nuestra aportación es cómo es que el diseño puede mejorar más estas condiciones de vida dentro de una ciudad.
¿Cuántos carteles tiene hasta ahora en su acervo la bienal?
Acabamos de hacer un primer corte de nuestro inventario porque todo nuestro acervo lo hemos donado a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, a cambio de esa donación ellos están apoyando muy fuerte a la bienal con fondos para que esta riqueza de 60 mil carteles más los 7 mil y tantos que acaban de llegar sean de utilidad pública, que no estén en cajones y que la gente pueda ocuparlos en sus investigaciones y en su vida cotidiana. Este proyecto, Iconográfica, que trabajamos con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, permite que la bienal tenga una vinculación académica importante, y este acervo de más de 60 mil obras lo estamos reviviendo a través de un método de catalogación iconográfica creado por investigadores de la universidad de Quebec con los que hemos trabajado ocho años haciendo el software, ya tenemos mil 500 carteles que puedes encontrar por imagen. Es una base de datos y un método que le permite al investigador, por primera vez, encontrar exactamente la información iconográfica que necesite. Ahí se cataloga lo que a pocas personas le importa: diseños de las bolsas para vómito de los aviones, los cerillos, los botones, las postales, los sellos postales y todas las ilustraciones de nuestros libros que están en las bibliotecas de México y que nadie sabe de quién son. Ese es un proyecto interesante y creo que la universidad lo está entendiendo para formar una licenciatura de creación de bases de datos iconográficos.
Se dice mucho que actualmente el diseño mexicano vive un boom, ¿qué tan cierto es esto en el caso de los carteles?
En 1990 cuando comenzaba la bienal, busqué a los creadores de cartel que había en México y el grupo dominante era la Imprenta Madero, pero también teníamos el Instituto de Artes Plásticas de Xalapa y nos encontramos gente en Monterrey, nos empezamos a dar cuenta de que en todos lados está esta iniciativa de colectivos que se están vinculando con la sociedad, haciendo carteles contra la violencia en la frontera o contra la guerra en Nicaragua. El hecho de que se visualice más este tema en una ciudad o en otra depende de la importancia de la ciudad y cómo ésta está difundida. La Ciudad de México siempre fue la meca del cartel mexicano, pero actualmente en todo el país hay muchísimos más diseñadores mexicanos que hacen cartel que en 1990. Y si antes conocíamos a Vicente Rojo, a Rafael López Castro o a Bruno López, ahora tenemos muchos más nombres.
¿Cómo definirías el diseño mexicano actual?
Antes teníamos por todos lados estos carteles populares de donde se anunciaban las luchas, los bailes, el box o los toros; pienso que si eso se lo mostráramos hoy a los jóvenes se verían beneficiados de una tradición generada en México. Yo creo que nos estamos equivocando, a veces, en llamar diseño a ocurrencias gráficas, chistes ilustrados. El diseño tiene una función clara que es comunicar una idea. Usamos las herramientas artísticas pero la idea del diseñador que se mira a sí mismo como un artista no debe estar por encima de la comunicación o la resolución de un problema, de dar una respuesta muy precisa a una necesidad social que se vislumbra. No debemos de esperar a que el cliente llegue y nos la pida, debemos de generar nosotros mismos las ideas y las propuestas. El diseño es una herramienta para mejorar la calidad de vida.
¿Cuáles son las más fuertes influencias del cartel mexicano?
En primer lugar, las tradiciones mexicanas de día de muertos, por ejemplo, el uso del color en México es muy particular y se relaciona a todas las culturas que tenemos en el país, no es lo mismo el morado en Ciudad Victoria que en Chiapas. México tiene culturas tan ancestrales donde el dibujo tiene una función distinta, donde se usaba el color para dar intenciones.
Cuando hacemos una revisión de los carteles importantes o sobre los diseños más importantes en México de hace unos años, casi no encontramos nombres de mujeres.
Es cierto, en la base que ahora trabajamos encontramos que cada vez hay más mujeres presentes en el diseño, estamos hablando de 25 años a la actualidad. Sí ha habido grandes diseñadoras, por su puesto, Beatriz manejó 800 publicaciones en un año. Azul Morris hace una maravilla de diseño, Mónica Zacarías es una de las mejores diseñadoras editoriales de México, tienen otro toque, un espíritu y energía femenina poco común entre los hombres. Antes era otra situación pero ahora hay la ventaja de que tienen más espacios que antes no había. Está aumentando mucho la presencia de las mujeres. En las últimas bienales hay un 60% o 70% de hombres y el resto de mujeres. Tratamos siempre de equilibrar, por ejemplo en nuestro jurado viene Anastasia Faldina, una joven de Rusia y Daniela Rico, de Bolivia; y Brandon Gien de Australia. Tratamos de que haya un balance sin cuota de género, pues el diseño y la creación ocurre tanto en las cabezas de hombres como de mujeres, y se da de manera distinta.
En cinco meses se presentará la exposición de la Bienal Internacional del Cartel en México, que será inaugurada en el Museo Franz Mayer. Días después comenzará El Congreso Internacional del Diseño 2018 con invitados especiales procedentes de 16 países donde destacan las presencias de Brandon Gien, de Australia; Daniela Rico, de Bolivia; Fang Chen, de China; Leo Lin, de Taiwán y Maki Onishi, de Japón; entre otras personalidades. De México participarán Alejandro Alvarado, Luisa de Gante, Fermín Villar Rubio, Carlos Mendoza y La Ceiba Gráfica. El país invitado es Reino Unido, debido a la creación reciente del Design Museum y el reconocido London Design Festival, de este país vendrán Neville Brody, Eleanor Watson y Julius Wiedeman. Este encuentro está dirigido a diseñadores, publicistas, arquitectos y dibujantes de todas las especialidades. El Congreso Internacional del Diseño 2018 se celebrará del 31 de octubre al 3 de noviembre.