Por Alberto Aranda
Entre marzo y junio de 1968, el fotógrafo Philippe Gras recorrió las calles de París para registrar el movimiento social que cambió no sólo al país galo sino que también tendría sus repercusiones en distintas naciones.
“Se inició un 10 de marzo como un movimiento estudiantil. Una juventud que rechazaba todo lo autoritarismo tradicional que existía en las estructuras de la sociedad en Francia y, particularmente, en las universidades. Mayo es la magnitud más importante de las manifestaciones culturales del imaginario y sociales. A final de mayo del 68 hay más de diez millones de personas en huelga, más de la mitad de la gente que trabajaban estaban en huelga”, dice Jean-Joinville Vacher, consejero adjunto de Cooperación y de Acción Cultural de la Embajada de Francia en México.
Una selección de más de cuarenta imágenes realizadas por Gras son presentadas en el Centro Cultural Univeristario Tlatelolco de la UNAM bajo el título En el corazón de mayo 68. “Tienes vistas desde arriba de todas las concentraciones importantes, en la Sorbonne, en el estadio, en el teatro y tienes otras de las protestas. Es reflejo lo que las personas que viven estos sucesos. No es una postura épica de estas manifestaciones. Ves a los policías que esperan su ración de comida. Ves a los manifestantes arrancando las rejillas de los árboles para hacer barricadas y tienes otras fotografías, tomas muy cercanas de la gente reflejando todas esas esperanzas y preocupaciones”, esto en palabras de Jacqueline André, directora de la mediateca de la Embajada de Francia en México. “Aquí, a pesar de que ves a la policía y demás, es otro ambiente, es otra fuerza. No hay tanta violencia y creo que se enfoca más en la esperanza. Hay una última fotografía que se llama La última sonrisa de mayo 68 y es una chica que está viendo hacia adelante con una cara muy apaciguada. Es el reflejo de lo que se ganó y de lo que está por venir.”
A 50 años del 68 en París, los logros de este movimiento se viven hoy y se mantienen a pesar de los cambios sociales y políticos, “se obtiene en algunos días resultados de negociación alucinantes, lo que vemos hoy. 30% de aumento de sueldo mínimo, reducción del tiempo de trabajo, aumento de prestaciones familiares. Realmente un movimiento social en su manifestación, en sus logros, es increíble. Es todo eso lo que fue el 68. Solamente lo que fue una cierta decepción del 68, es que no hubo consecuencias políticas mayores. Hubo elecciones, la gente un poco asustada vuelve a la derecha”, dice Vacher.
“Esta lucha logra más allá del final sangriento, violento, evidentemente de negación al diálogo que impone el gobierno en México; es el único movimiento de todos los movimientos del 68 que hay en el mundo que termina con muertos. Estamos hablando de la incapacidad y de la negación a hablar a dialogar”, concluye Sandra Lorenzano, subdirectora de Vinculación y comunicación del CCU Tlatelolco.