Uno viajó a París en busca de la fortuna artística y otro dejó su natal Pittsburgh por Nueva York para trabajar como artista comercial, pero ahora Pablo Picasso y Andy Warhol se encontrarán en una exposición en el Museo Picasso, de Málaga: Warhol. El arte mecánico, a partir de este 31 de mayo.
Este encuentro irrepetible se prolongará hasta el 16 de septiembre y en este periodo convivirán la colección permanente del Museo, con casi cuatrocientas piezas de Warhol en la versión más completa de una muestra que ya ha pasado por Barcelona y Madrid, donde ha recibido casi medio millón de visitas.
Para Patrick Moore, director del Museo Andy Warhol, supone “un honor estar en la cuna de Picasso para mostrar el trabajo de Warhol y cómo hizo su trabajo para contar algo nuevo de este artista, que tiene en común con Picasso que la obra de ambos haya crecido con el paso de los años” dijo a la agencia EFE.
La idea de juntarlos surgió cuando José Lebrero, director artístico del Museo Picasso y curador de la exposición, pensó “en un artista del siglo XX que resistiera en encuentro con Picasso, y fue Warhol”.
El americano creó “iconos universales que fueron más allá de las fronteras de los museos y las galerías de arte para insertarse en el imaginario colectivo”, apuntó Lebrero, que resaltó además la “falta de interés de Warhol por crear una obra única” y su deseo de “trabajar como un artista comercial y producir mucho y bien”.
En la exposición se podrán encontrar: la lata de sopa Campbell, los retratos de Marilyn Monroe, Jacqueline Kennedy, Elvis Presley o Liz Taylor o su trabajo en el cine experimental, con las pequeñas piezas de cuatro minutos en las que filmó a personajes como Bob Dylan, Allen Ginsberg, Marcel Duchamp, Salvador Dalí o Susan Sontag.
Este recorrido por tres décadas de creación arranca en los momentos en que todavía no es un artista conocido pero sí un diseñador de renombre en Nueva York que quiere saltar al arte de las galerías y crea obras en las que suele dejar detalles biográficos, además de unir un interés por la armonía, la belleza y la luz con la presencia constante de la anomalía.
Después llegan los años en que los mitos religiosos son sustituidos por los del cine y la música, y un mitómano Warhol, siempre angustiado por la muerte, pinta a Marilyn después de saber que ha sido encontrada muerta o a Jackie tras el asesinato de su marido John F. Kennedy.
Otra sala recoge las creaciones de Warhol para los Rolling Stones, The Beatles, Michael Jackson, Aretha Franklin y The Velvet Underground, además de su trabajo como director de la revista Interview.
Sensible a los acontecimientos de su época, reaccionó al cataclismo que supuso en EEUU el primer encuentro del presidente Nixon con el dirigente chino Mao Tse-Tung pintando una serie de retratos de un “Gran Timonel” muy femenino, con los labios de color carmín y casi maquillado como un personaje de la noche neoyorquina, que también se pueden ver en Málaga.
La muestra concluye con un Warhol que en los años setenta plasma elementos de la iconografía comunista como la hoz y el martillo y que en los ochenta, convertido ya en gran mito, retrata a personajes como a Giorgio Armani, el Sha Mohamed Reza Pahlevi, su tercera esposa, Farah Diba y también al escultor malagueño, Miguel Ortiz Berrocal.