Washington, 8 jun (PL) Golden State Warriors revalidó hoy su corona en la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA), al derrotar 108-85 a unos Cleveland Cavaliers apáticos y fuera de lugar.
Los flamantes bicampeones ni siquiera lucieron dominantes: les bastó hacer las cosas correctamente para completar la barrida contra unos Cavs que jugaron quizás su partido más mediocre de esta postemporada.
Hasta el propio LeBron James, quien disputó quizás su último partido con los Cavaliers, daba la impresión de querer acabar de una vez con el martirio, y de hecho, salió del partido a cuatro minutos del final.
Como si nada le importara ya, cansado tal vez de ser el único que parecía dispuesto a derrotar a los grandes favoritos, «King» James terminó con 23 puntos, siete rebotes, ocho asistencias y un tapón.
Partido deslucido, que remató su intrascendencia con las bancas jugando el cierre, de una final que dejó la mayor diferencia de puntos entre campeón y contendiente desde que Boston finiquitara a los Lakers en 2008 por 39 puntos.
Stephen Curry recuperó la puntería y anotó 37 puntos (siete triples), pero Kevin Durant volvió a ser el más consistente con un triple doble (20 puntos, 12 rebotes y 10 asistencias), más tres tapas y un robo.