Por Yasiel Cancio Vilar, enviado especial
Moscú, 1 jul (PL) El Mundial de Rusia vio como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo hicieron sus maletas a casa en octavos de final, pero además de los dos mejores jugadores de la última década también partieron todos los campeones continentales.
Con la eliminación de la Argentina de Messi y el Portugal de Cristiano el campeonato perdió todo el morbo que le quedaba; antes se había ido escandalosamente Alemania, luego de quedar en la cuneta en la fase de grupos por primera vez en la historia.
Saquemos una cuenta simple, matemática elemental: los últimos 10 premios Balón de Oro ya no compiten en la cita del orbe; los vigentes campeones y subtitulares del mundo, léase Alemania y Argentina, tampoco están en liza; y el monarca de Europa, Portugal, igualmente terminó.
Australia, ganador del campeonato de Asia, ya habrá llegado a Sídney al salir por la puerta de atrás en el grupo C; mientras Camerún, Estados Unidos y Chile, campeones de África, de la Copa de Oro y de la Copa América ni siquiera clasificaron al Mundial de Rusia.
Otro dato: todos los equipos africanos -los cinco- quedaron eliminados en la fase de grupos, algo que no ocurría desde 1982, o lo que es igual por primera vez en los últimos 36 años.
Si a todo esto sumamos las ausencias del cuatro veces campeón mundial Italia y Holanda tras no clasificarse al torneo, entonces podremos ver claramente que la parte final de Rusia-2018 palidecerá en algunos momentos, aunque por suerte todavía quedan selecciones de gran nivel, capaces de brindar espectáculos de lujo.
Brasil, Francia, España, Bélgica, entre otras selecciones, ahora tienen la obligación de enamorar al mundo en ausencia de aquellos que ya no están.
Eso sí, sin Messi, Cristiano y Alemania el Mundial pierde mucha vida, es como ir al estadio y no poder gritar, es como ir al acuario a admirar las grandes piscinas sin peces o animales marinos, es como ir al cosmos y no ver las estrellas.
Por el momento hoy continúan los octavos de final con los duelos España-Rusia y Croacia-Dinamarca, una cartelera que invita al escepticismo, aunque siempre podemos detenernos a mirar a Andrés Iniesta y a Luka Modric, a deleitarnos con sus genialidades.
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