Londres, 15 jul (PL) El serbio Novak Djokovic expresó hoy aquí su satisfacción por ganar el torneo de Wimbledon, tercer Grand Slam de la temporada tenística, tras derrotar en la final al sudafricano Kevin Anderson por 6-2, 6-2 y 7-6 (7/3).
«Han sido unos largos 15 meses para mí, tratando de superar diferentes obstáculos. Así que estar donde estoy en este momento es bastante, bastante satisfactorio», reconoció Djokovic a la prensa.
Hace un año, el balcánico se despidió del Abierto Británico para no jugar más hasta enero de 2018, mermado por una lesión en el codo derecho.
Ha habido momentos de dudas, de frustración, de decepción… No conozco a nadie que sea capaz de mantenerse positivo siempre, tener confianza en sí mismo siempre al 100 por ciento, admitió el exnúmero uno del mundo.
Después de lograr en París su primer Roland Garros en el 2016, el balcánico sufrió un desgaste emocional y físico por los problemas en el codo que le obligaron a pasar por el quirófano.
Tras un primer trimestre de 2018 para el olvido, Djokovic tomó en abril una decisión vital: recuperar la confianza del hombre que le acompañó en sus mejores momentos, Marian Vajda. El técnico eslovaco reactivó la mejor versión del exlíder del ranking, su garra competitividad y espíritu de triunfo.
Bajo la mirada de Vajda, el serbio cayó en Roma ante el español Rafael Nadal en semifinales, y en el Roland Garros, aunque cedió con el italiano Marco Cecchinato en cuartos de final, ganó aún más en confianza.
Su mejor versión la recuperó en la temporada sobre hierba, donde llegó a la final en la lid británica de Queen’s y terminó con un rendimiento de 11 victorias en 12 partidos, además de su primer título en un año y el Grand Slam número 13 de su carrera.