Washington, 18 jul (PL) La Liga Americana sumó anoche su triunfo 44 en las ediciones del Juego de las Estrellas del béisbol estadounidense de máximo nivel para dominar hoy por la mínima diferencia en el acumulado a la Nacional.
Tales clásicos, 89 en total con el último celebrado en el capitalino Nationals Park, donde la pizarra favoreció 8-6 al conjunto del circuito menos antiguo, comenzaron en 1933 y registraron empates en el segundo duelo de 1961 y en 2002.
El elenco ganador de este martes fue el primero en anotar por jonrón de Aaron Judge, de Yankees de Nueva York, en la parte alta del segundo capítulo, y en la siguiente entrada su coequipero Mike Trout (Angelinos de Los Ángeles) lo imitó para el 2-0 parcial.
Con el mismo tipo de batazos en el tercer y séptimo episodios, el venezolano Willson Contreras (Cachorros de Chicago) y Trevor Story (Rockies de Colorado) pusieron el empate.
Sin embargo, el abrazo no duró nada pues acto seguido el dominicano Jean Segura conectó un vuelacerca que encontró en bases al sudcoreano Shin-Soo Choo (Vigilantes de Texas) y George Springer (Astros de Houston).
Esas tres anotaciones llegaron a parecer decisivas, pero Cristian Yelich (Cerveceros de Milwaukee) respondió con un bambinazo para acercar a los vencidos en el marcador.
Despojada de cualquier reserva por tener enfrente al mejor apagafuegos del torneo, el puertorriqueño Edwin Díaz, la Nacional consiguió el abrazo 5-5 en el noveno capítulo con bambinazo de Scooter Gennett (Rojos de Cincinatti), que impulsó también a Segura.
Entonces, en el décimo, Alex Bregman (Astros), seleccionado el Jugador Más Valioso del choque, y Springer dieron batazos de cuatro esquinas de forma consecutiva ante el pitcher perdedor, Ross Stripling (Dodgers de Los Ángeles).
Además de esas conexiones, Michael Brantley (Medias Rojas de Boston) produjo un elevado de sacrificio para impulsar a Segura con la octava carrera de la Americana.
Los caídos ripostaron con cuadrangular del canadiense Joey Votto (Rojos), pero J.A. Happ (Azulejos de Toronto) supo preservar el éxito de Díaz, y de paso se anotó el juego salvado.