Washington, 15 ago (PL) Decenas de marcas de cereales contienen un tipo de herbicida usado por la multinacional estadounidense Monsanto y considerado cancerígeno por algunas organizaciones, según un estudio presentado hoy por el Grupo de Trabajo Ambiental (EGW).
De acuerdo con la institución sin fines de lucro, en pruebas realizadas a 45 cereales elaborados con avena, muchos de ellos consumidos sobre todo por niños, se descubrió que todos excepto dos tenían restos de glifosato, el ingrediente activo del pesticida llamado Roundup de la productora de agroquímicos.
Entre esos productos, 31 tenían niveles por encima de lo que los científicos del EWG consideran seguros para los niños.
Algunos de los alimentos afectados incluyeron marcas populares como Cheerios, Quaker Old Fashioned Oats, Quaker Dinosaur Egg Instant Oats y Back to Nature Classic Granola.
El informe se difunde días después de que un juez ordenó a Monsanto otorgar 289 millones de dólares a un hombre con una enfermedad terminal que afirmaba que la exposición excesiva y el uso de Roundup le provocó linfoma no hodgkiniano (un cáncer en los linfocitos de la sangre).
La Organización Mundial de la Salud considera al glifosato un «carcinógeno probable» y California lo cataloga como un químico «que el estado sabe que causa cáncer».
En una declaración difundida por la televisora CBS News, Monsanto cuestionó esos criterios al afirmar que el «glifosato no causa cáncer» y «tiene más de 40 años de uso seguro».
Sobre el estudio del EWG, la multinacional argumentó que incluso en el nivel más alto informado, un adulto tendría que comer 118 libras del alimento cada día por el resto de su vida para alcanzar el límite permitido por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para residuos del pesticida.
Pero el presidente la organización que llevó a cabo el estudio, Ken Cook, sostuvo que nadie quiere comer un herbicida para el desayuno, y nadie debería tener que hacerlo.
Según adelantó, pedirán a la EPA que haga su trabajo y ponga fin a los usos del glifosato que provocan la contaminación reportada hoy, aunque dijo tener muchas dudas de que esa solicitud sea atendida por la agencia bajo la administración de Donald Trump.
Cada año se emplean más de 250 millones de libras de glifosato en cultivos estadounidenses, principalmente en maíz y soya genéticamente diseñados para resistir el herbicida.
Sin embargo, EWG advirtió que cada vez más se rocía justo antes de la cosecha en el caso de trigo, cebada, avena y frijoles que no están genéticamente modificados.