Washington, 18 ago (PL) El presidente estadounidense, Donald Trump, mantiene hoy a Twitter como un campo de batalla en el que esta semana arremetió contra los medios de prensa, una exasesora y el gobernador de Nueva York, entre otras figuras.
Acostumbrado a emplear el servicio de microblogging para realizar anuncios de políticas gubernamentales, condenar a adversarios, alabar a aliados y resaltar los logros de su administración, en los días pasados no escatimó caracteres en su habitual tono polémico.
«La chiflada Omarosa, que fue despedida en tres ocasiones en The Apprentice, fue ahora despedida por última vez. Nunca tuvo éxito, nunca lo tendrá. (…) La gente en la Casa Blanca la odiaba. Era cruel, pero no inteligente», escribió el lunes sobre su exasesora Omarosa Manigault Newman.
Esa fue una de las reacciones del gobernante al lanzamiento del polémico libro Unhinged (Desquiciado), en el cual la antigua colaboradora, quien conoce al mandatario desde su participación en el programa de telerrealidad The Apprentice, describe interioridades de la Casa Blanca.
La obra presenta oficialmente el martes brinda una imagen muy crítica de Trump, y en un reconocimiento inusual, el gobernante admitió que tal vez el pleito público era indigno de una persona en el puesto que él ocupa.
Pero quiso justificarse con el argumento de que esos ataques en Twitter eran una forma de comunicación moderna «y sé que los medios de noticias falsas trabajarán horas extras para que incluso la chiflada de Omarosa parezca lo más legítima posible».
Las arremetidas contra la exasesora afronorteamericana no quedaron ahí, en medio de las acusaciones de la administración de que lo dicho en el libro es mentira y la publicación por parte de la autora de varias grabaciones secretas para sustentar sus revelaciones.
«Cuando le das un respiro a una loca, llorona y escoria, y le das un trabajo en la Casa Blanca, supongo que simplemente no funcionó. ÂíBuen trabajo del general (John) Kelly por echar rápidamente a esa perra!», manifestó Trump el martes en la misma red social.
Por otro lado, el presidente volvió a la carga contra la investigación encabezada por el fiscal especial Robert Mueller acerca de la presunta interferencia electoral rusa en 2016 y una supuesta complicidad con la campaña del republicano, a la que Trump suele calificar de «cacería de brujas».
Una de las formas de criticar esa pesquisa fue celebrar el despido el lunes del agente del Buró Federal de Investigaciones (FBI) Peter Strzok, quien envió mensajes críticos sobre el gobernante durante su etapa como candidato del partido rojo.
Basado en el hecho de que Strzok estaba a cargo de la cacería de brujas, ¿se abandonará? Es un engaño total. Sin colusión, sin obstrucción, señaló sobre la mencionada indagación, en la cual el agente participó en un momento inicial.
En esa misma línea dirigió sus condenas contra Bruce Ohr, exfiscal general adjunto asociado y quien permanece como empleado del Gobierno.
Bruce Ohr, del Departamento de «Justicia» (¿pueden creer que todavía sigue allí?) está acusado de ayudar al deshonroso Christopher Steele a «encontrar suciedad sobre Trump». La esposa de Ohr, Nelly, tuvo mucho éxito: trabajó para Fusion GPS en el dossier falso.
Según el presidente, fue la firma de investigación comercial e inteligencia estratégica Fusion GPS, en la cual trabajó la esposa de Ohr, la que contrató al exagente británico Steele para escribir ese expediente que alega vínculos entre su campaña electoral y Rusia.
Un elemento común en varios de esos tuits fue la referencia a los «medios de noticias falsas», una expresión que se ha vuelto clave en el discurso del mandatario, quien ha llamado a los periodistas «enemigos del pueblo».
El jueves más de 300 medios de comunicación publicaron editoriales para denunciar los crecientes ataques del presidente contra las organizaciones periodísticas, en respuesta a una iniciativa lanzada por el diario Boston Globe.
«Los medios de noticias falsas son el partido de la oposición. Esto es muy malo para nuestro gran país. Pero estamos ganando», escribió ese mismo día en rechazo a la iniciativa del Globe.
Otro de los mencionados en su cuenta de Twitter fue el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien el miércoles criticó el eslogan de la campaña de Trump «Hacer a Estados Unidos grande otra vez», al decir que este país nunca ha sido tan grande.
El demócrata añadió que se alcanzará la grandeza cuando todos los estadounidenses participen plenamente y desaparezcan la discriminación y los estereotipos contra las mujeres.
¿Cómo es que un político, Cuomo, conocido por sacar a las personas y negocios de su estado, sin mencionar que tiene los impuestos más altos de la nación, sobrevive tras hacer esa declaración?, cuestionó Trump ayer, tras haberse pronunciado sobre el tema el mismo miércoles.
En sus tuits de los últimos días el jefe de Estado también cargó contras las autoridades de Washington DC; contra el gobernador de Ohio, el republicano John Kasich; y contra Turquía, para incrementar la lista de sus continuos blancos en la red social.
Trump en Twitter, otra semana de ataques
Por Martha Andrés Román