Por Alizbeth Mercado
En el Museo Regional de Querétaro se encuentran tres escríbanos que van cambiando, utilizan máquinas de escribir. Se escuchan las teclas aporrear los rodillos, los voluntarios escriben lo que los transeúntes les cuentan. Un hombre de alrededor de 23 años quiere relatar su vida completa, pero quizá el tiempo no alcance. Este ejercicio se llama Máquina es mensaje, y es parte de Hack Hay, una serie de eventos que suceden al margen del Hay Festival; los organiza éste y el Centro de Cultura Digital de la Ciudad de México.
Mónica Nepote es directora del centro, también contó su historia, y me explica que el Hack es “una serie de actividades que pensamos desde el proyecto de e-literatura como propuesta para poner en el horizonte de la literatura digital, encontrar un espacio en un festival, en cierto sentido ‘tradicional’, que normalmente se refieren a libros impresos. Queríamos traer a este espacio la literatura electrónica y lo que es.”
Por una parte, una exposición en la Galería Libertad que antologa piezas de literatura electrónica de escritores, programadores y artistas visuales de América Latina; todas las piezas están en español. “Eso documenta que hay mucha producción y no nada más, esta idea de que solamente lo que se hace en países de primer mundo es lo dominante, hay un corpus de América Latina importante”. También se realizaron dos mesas de discusión en donde participaron expertos en literatura digital y escritores que son afines a estas prácticas, Amén de Máquina es mensaje.
“Lo que nos importa mucho en la literatura digital es la autoría comunitaria, volverla un ejercicio y por eso Máquina es mensaje. Sacar a las máquinas mecánicas, relacionarlas en la forma en cómo escribimos, cómo heredamos el teclado de la máquina a la computadora, pero cómo empezamos a hacer la idea del texto físicamente con ciertas características. Las protagonistas son las historias.”
En cuanto a la escritura digital, tenemos diferentes herramientas, pero la herramienta ¿nos da una cuestión estética?, pregunté a Mónica, quien explicó que la escritura siempre tiene una cuestión visual. “Siempre la escritura ha tenido imagen, las posibilidades que dan las máquinas electrónicas es que ciertas formas de acomodar el texto se prestan a hacer un cálculo único. Escribir no es solo texto, es palabra oral, elementos visuales, hipertextualidad, hacer historias no lineales y al escribir desde medios electrónicos puedes manipular el texto. El medio se presta para entender la forma en cómo leemos”.
¿Qué ha pasado desde que la máquina no fue la única herramienta para escribir?
Con la exposición buscamos mostrar cómo muchos escritores siguen usando la computadora como máquina de escribir, es decir, no aprovechan todas las posibilidades de una máquina hipermedia o escribir en Internet, que escribes con muchos textos, es un texto de textos, y la invitación es tal cual, usemos las máquinas más allá de un teclado, pensemos y repensemos la escritura.
¿Hemos olvidado a las máquinas de escribir?
Sí, sin duda, pero es muy bonito cuando las sacas a la calle por todo lo que se despierta, Llegó una mamá con los niños y recordó cómo había aprendido a escribir y los niños leen las máquinas de forma peculiar, uno de ellos le dijo “¡qué increíble, está imprimiendo inmediatamente!”, eso está súper bonito, las máquinas despiertan toda la curiosidad y la nostalgia de algunos.
Los resultados se encuentran colgados en una especie de tendedero textual, pero esas hojas e historias, podrán verse en las plataformas del Centro de Cultura Digital, algunas hechas video, otras GIF y otras mutando en más formatos, con una reflexión entorno a esto.