Por Fernando Salinas
El estereotipo de género en los videojuegos es evidente, la princesa que es secuestrada para ser rescata por un hombre, las armaduras con poca ropa en personajes femeninos o el pleno dominio de personajes masculinos en las opciones de selección. Sin embargo, si nos detenemos a explorar el contexto de los juegos de video, podremos notar que la figura de la mujer rompe estereotipo de muchas maneras, por ejemplo, Ellie de The Last of Us, Jade en Beyond Good and Evil o Senua en Hellblade: Senua ‘s Sacrifice quienes figuran como mujeres que enfrentan sus demonios a nivel físico y psicológico.
Y aunque el sexismo prevalece con trajes con poca ropa o cuerpos irreales, no debemos olvidar que todos los personajes conviven en un mundo de ficción, finalmente los diseños forman parte de un producto que busca ser atractivo para el jugador. Por ejemplo, en Street Fighter V existen trajes que resaltan las siluetas de las peleadoras; sin embargo, existen también trajes orientados al estereotipo del macho, por ejemplo, Ryu con barba y sin camisa que presume sus músculos. Y aunque se ha divulgado que los personajes femeninos suelen ser los más débiles, esto no puede ser más equivocado, el balance de ventajas y desventajas de los personajes no tiene que ver con su rol de género, aunque algunas veces, características como la fuerza y velocidad son ajustadas de acuerdo a los cuerpos grandes, pequeños, masculinos o femeninos.
Hablando del juego competitivo, existe un notorio dominio del género masculino, lo que no significa que exista un freno a la inclusión, por ejemplo, Ricky Ortiz y Guilty, jugadores transgénero que sin problema han destacado en competencias. Lo mismo pasa para jugadoras como las japonesas Yuyu y Tanukana, quienes han logrado figurar en los primeros lugares de torneos internacionales de Tekken 7.
Y aunque existen casos de acoso sexual en la comunidad de juegos competitivos como el de Hyuga y Noel Brown, estas situaciones son aisladas y no suelen ser comunes entre jugadores. A pesar de que la huella femenina ha estado presente a todas luces, la tendencia de ser políticamente correcto parece haber puesto una venda en los ojos de los que predican igualdad, sobre todo porque muchos olvidan que aunque los videojuegos se han convertido en un producto cultural al final se trata de una industria dirigida al consumo (aunque no en todos los casos) y sobre todo creada en un universo donde pueden convivir seres metamórficos, asexuados, celestiales o realistas, pero todos viviendo en un mundo de ficción en el que pueden convivir personas reales y personajes controlados por inteligencia artificial.