Por Huemanzin Rodríguez
La ciudad de Maribor, en Eslovenia, en la frontera con Austria, fue la capital cultural de Europa en 2012. El poeta Aleš Šteger estaba trabajando ahí y durante una ceremonia al ver cómo la clase política del lugar se lucía como si fueran los señores feudales, imaginó una novela con ciertos elementos de ciencia ficción y de un realismo cercano a lo mágico pero inmerso en la ironía, llena de humor negro en escenarios distópicos. Esa recreación le permitía profundizar en su realidad. Así nació El carnaval brutal, que edita en español el sello tapatío Arlequín.
“Quería escribir sobre un tema que es para mí uno de los temas centrales de muchos países, no sólo del centro de Europa: ¿qué hacemos con el pasado? ¿Qué hacemos con el pasado traumático? ¿Qué hacemos con la memoria? ¿Son formas de absolución común posibles? ¿Qué hacemos con los desaparecidos? ¿Con los huesos bajo nuestras pieles?”
Aleš Šteger cree que esta novela es muy próxima al temperamento de los mexicanos, con quienes encuentra muchos vínculos con su cultura balcánica, ya que solemos olvidar la Historia para repetir en un corto plazo los mismos escenarios, tolerando y dándole nuevas oportunidades a los políticos y a funcionarios corruptos.
“Cada veinte, cada treinta años, las mismas cosas ocurren, y la pregunta es ¿cómo sociedades avanzadas, como nosotros en términos técnicos y a nivel humano, podemos avanzar más allá de este círculo del peligro y muerte?”
El olvido es el alma de esta novela, que sin referirse directamente a la guerra de los Balcanes, ni al pasado previo, a través de sus personajes y situaciones, hace una crítica a esos héroes de guerra que enfrentaron estoicos a los nazis pero que, al convertirse en gobernantes, cometieron los mismos crímenes con sus semejantes. A ese maltrato y olvido de las sociedades se refiere Šteger.
“Esa es mi pregunta, ¿cómo en una forma literaria, no en el ámbito del periodismo, las estructuras literarias pueden generar una conciencia más activa entre la gente?”
Imagen: FIL Guadalajara