México, 24 ene (PL) El reforzamiento de la distribución de gasolina en México con camiones-cisternas, para lo cual el gobierno gestiona la compra de 707 unidades, es hoy otro reto para el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La afirmación anterior está dada en que los vehículos usados para cargar cualquier tipo de líquido o productos a granel, son los preferidos de los asaltantes en carretera, lo cual hace de México uno de los países con mayor índice de vandalismo en esos casos.
El robo de estas unidades, ya sea cargadas de agua o con combustible, es el delito que más creció entre cualquier otra alternativa de transporte de carga en México durante 2018 y está relacionado con las organizaciones delictivas que hurtan energéticos al Estado.
Datos de la Oficina Coordinadora de Riesgos Asegurados (OCRA), una sociedad civil especializada en apoyo de aseguradoras en el país, y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, revelan que el año pasado se robaron 735 unidades de ese tipo, las cuales están identificadas como camiones de hasta 9,5 toneladas de peso, un alza de 104 por ciento respecto a 2017.
Daniel Montañez, gerente de logística y distribución de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP) dijo que los ladrones no discriminan el tipo ni especialidad de las cisternas, lo mismo les da que transporten agua, gasolina o granos, y con el huachicoleo (robo de gasolina) las utilizan para transportar combustible hurtado de los ductos.
Esta asociación agrupa a las grandes empresas que utilizan el servicio de transporte de carga y que tiene flota propia como Coca-Cola, Bimbo, Lala, Pepsi, Cemex, Bachoco y otras.
El robo de camiones asegurados, según la OCRA, subió 13 por ciento en 2018. Solamente en los primeros 20 días de enero, la Cámara Nacional de Autotranporte reportó el robo de seis cisternas doblemente articuladas. Lo anterior pese a que los transportistas consiguieron que la Policía Federal aumentara la vigilancia de las pipas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador determinó que fuera la Secretaría de Defensa la operadora de las nuevas unidades dedicadas exclusivamente al transporte de combustibles para garantizar la integridad física de los choferes y que se cumplan los objetivos de distribuir por esa vía 200 mil litros diarios de gasolina.
De igual manera, enfrentar e impedir la acción de los vándalos y garantizar que ni uno solo de los camiones sean robados. Las nuevas unidades tienen capacidad de entre 30 mil y 60 mil litros y en muchos casos pueden dar hasta dos viajes desde los centros de carga y distribución hasta sus destinos.