Washington, 25 ene (PL) El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó hoy una ley de gastos a corto plazo para reabrir hasta el próximo 15 de febrero las entidades federales cerradas desde el 22 de diciembre.
Con ese paso, quedó en 35 días la paralización de la cuarta parte del Gobierno, el período más largo de la historia con dicho problema, que ahora afectó a unos 800 mil trabajadores.
La legislación, cuyo proyecto recibió este mismo viernes el apoyo en el Senado y en la Cámara de Representantes, y fue anunciado por el mandatario republicano, no incluye los 5,7 mil millones de dólares exigidos por Trump para construir un muro en la frontera con México.
El empecinamiento anterior del jefe de Estado en negarse a rubricar cualquier propuesta que careciera de esa cantidad, junto con el rechazo de los demócratas a avalar ese monto para una pared que consideran innecesaria, llevaron al mencionado cierre.
Al anunciar que firmaría el acuerdo para finalizar el estancamiento, Trump afirmó que un comité bipartidista de líderes y legisladores de las dos entidades del Capitolio trabajará durante las próximas tres semanas para «armar un paquete de seguridad nacional que en breve se convierta en ley».
«Durante los próximos 21 días, espero que tanto los demócratas como los republicanos operen de buena fe», expresó el jefe de la Casa Blanca.
Otra vez, en su alocución en la mansión ejecutiva, Trump defendió la necesidad de la polémica estructura, incluso con argumentos que medios estadounidenses de prensa califican de falsos o inexactos.
Permítanme ser muy claro: realmente no tenemos más remedio que construir un muro poderoso o una barrera de acero, recalcó.
Si no recibimos un trato justo del Congreso, el Gobierno volverá a cerrar el 15 de febrero o usaré los poderes que me otorgan las leyes y la Constitución de Estados Unidos para hacer frente a esta emergencia, advirtió.
Con ese último comentario aludió a sus amenazas anteriores de declarar una emergencia nacional en la línea divisoria sur para destinar fondos militares a la edificación de la pared sin necesidad de contar con la aprobación de los miembros del Capitolio, una acción que puede enfrentar desafíos legales.
Durante semanas los demócratas llamaron Trump a reabrir el gobierno antes de pasar a las negociaciones sobre el muro, a lo cual el presidente se resistió hasta hoy pese al negativo impacto de la paralización.
«Quisiera que la gente leyera o escuchara mis palabras sobre el muro fronterizo. Esto no fue de ninguna manera una concesión. Fue tomar cuidado de millones de personas que estaban siendo lastimadas gravemente por el cierre», tuiteó Trump después.