Washington, 4 feb (PL) El presidente estadounidense Donald Trump pronunciará mañana martes su discurso sobre el Estado de la Unión con muchas promesas y pocos resultados en su agenda de gobierno.
Se espera que en el mensaje a la nación, el presidente haga de la inmigración una piedra angular de su discurso y ataque a los demócratas por no ceder a sus presiones e ignorar los presuntos problemas urgentes en la frontera, en especial no haber concedido los fondos para levantar el muro en el límite con México.
Una mirada a su primer discurso sobre el Estado de la Unión en Houston en enero de 2018, muestra que el mandatario dio a conocer su enfoque de «Estados Unidos primero», en el que prometió revisar el sistema de inmigración, revitalizar la industria y priorizar los intereses nacionales en el extranjero, algo que no logró.
Su idea de arreglar el sistema migratorio para hacerlo «seguro, moderno y legal» fracasó al tratar de avanzar planes agresivos y de corte antiinmigrante que enfrentaron la oposición de los demócratas pese a no contar con mayoría en ambas Cámaras del Congreso.
La aprobación de una reforma migratoria integral fracasó en el Congreso, y las propuestas respaldadas por la Casa Blanca recibieron el menor apoyo.
En febrero de 2018, el Senado rechazó tres proyectos de ley de inmigración, uno, el de Trump, recibió el menor apoyo, otros dos tampoco avanzaron.
En junio, la Cámara de Representantes rechazó otro proyecto de ley que incluía la ideas del presidente, así como una medida más de línea dura que no proporcionaba un camino hacia la ciudadanía para los soñadores, personas que fueron traídos al país ilegalmente cuando eran niños.
El último año se caracterizó por mucho alboroto sobre el tema, la promoción de acciones de línea dura y finalmente un cierre gubernamental de 35 días, el más largo de la historia, por la obstinación gubernamental de construir una valla en la frontera con México.
En una entrevista con The New York Times el jueves, Trump sugirió que había presentado con éxito el caso a los estadounidenses de que el problema en la frontera era suficiente para constituir una «emergencia nacional», y acusó a los líderes demócratas de la Cámara de dañar al país.
Por otra parte, las promesas de regresar industrias y empleos al país, especialmente en el sector automotriz avanzaron escasamente y ahora están detenidas, algo que se hizo más crítico con el anuncio de General Motors de dejar inactivas cinco fábricas en territorio norteamericano.
Hay que destacar, sin embargo, que en esa rama el empleo aumentó ligeramente bajo el gobierno de Trump en casi un millón de puestos pero, el número de vehículos fabricados en el país continúa disminuyendo.
Las promesas de Trump de trabajar «para arreglar los malos tratos comerciales y negociar nuevos» como el alcanzado con sus vecinos Canadá y México, aun deben pasar la revisión del Congreso, donde, según fuentes legislativas, deben producirse cambios para que sean aprobados.
También se espera que Trump insista en su inocencia ante previsibles acusaciones en su contra resultante de las investigaciones que hace el fiscal especial Robert Mueller, en especial sobre los vínculos de Rusia con su campaña.
En la entrevista en «Face the Nation» de CBS, el domingo, Trump dijo que era hora de «deshacerse» de esa pesquisa y no dejó claro si los resultados serían dados a conocer al público.
El mensaje de Trump, además, coincide con una encuesta de la televisora CNN que asegura que cuatro de cada 10 estadounidenses consideran que su administración hace el peor trabajo de gobierno que jamás hayan visto.
También siete de cada 10 encuestados dijeron que el gobierno ejecuta un mal trabajo y el 43 por ciento dice que es «el peor de sus vidas». Apenas el 19 por ciento dijo que hace un buen trabajo de gobierno.
Eso indica que el escenario que enfrentará Trump no es satisfactorio, más cuando la misma encuesta encontró que su índice de aprobación es del 40 por ciento y el 55 por ciento indicó que desaprueba su gestión como presidente.
Casi la mitad de los encuestados (49 por ciento) estimó que cree que la presidencia de Trump cambió el país «para peor», siete puntos menos que el 56 por ciento que dijo lo mismo en diciembre de 2017.