Naciones Unidas, 6 feb (PL) La exhibición 68 millones de niñas en riesgo abrió hoy en la sede de la ONU en Nueva York para alertar sobre la gran cantidad de menores de edad expuestas a la mutilación genital femenina.
Si bien durante las últimas décadas se reportan progresos para acabar con esa práctica, aún la prevalencia es muy alta en África y el Medio Oriente, lamentó el representante permanente de Egipto ante Naciones Unidas, Amr Ramadan.
Por eso es tan importante apoyar programas e iniciativas desde las comunidades, para desarraigar los prejuicios y cambiar las mentalidades, dijo en la ceremonia inaugural de la exposición.
La embajadora italiana en la ONU, Mariangela Zappia, recordó que las niñas y mujeres «nacieron completas» y no necesitan que se les mutile su cuerpo, lo cual es una violación de sus derechos.
Cada quien es dueña de su propio cuerpo y es quien debe decidir sobre él, expresó la diplomática y llamó a redoblar las acciones para poner fin a la mutilación genital femenina.
Por medio de su cuenta oficial en Twitter, la presidenta de la Asamblea General de la ONU en su 73 período de sesiones, María Fernanda Espinosa, abogó por acelerar las acciones dirigidas a acabar con la mutilación genital femenina, que viola los derechos de niñas y mujeres en todo el mundo.
Unicef y el Fondo de Población de las Naciones Unidas alertaron que las cifras de mujeres y niñas que padecen de mutilación genital aún permanecen muy elevadas.
Hasta el 25 de marzo próximo estará abierta la exhibición de la ONU que recoge testimonios de mujeres, niñas y adolescentes sobre esa práctica tan dañina.
Las niñas que son sometidas a la mutilación genital sufren las consecuencias para toda la vida, coinciden los especialistas.
Además, el tabú que rodea el tema impide que ellas hablen sobre sus experiencias, y el daño y el sufrimiento que les ocasionaron.
La mutilación genital femenina comprende todos los procedimientos que implican alterar o lesionar los órganos sexuales externos de la mujer por razones no médicas.
A nivel internacional, está reconocida como una violación de los derechos humanos de niñas y mujeres, y una forma extrema de discriminación contra ellas.
La mutilación genital viola su derecho a la salud, a la seguridad, a no sufrir tratos crueles, inhumanos o degradantes, y les impide decidir sobre su propia integridad corporal y sexualidad. Incluso, les quita su derecho a la vida cuando el procedimiento provoca la muerte.
Esa nociva práctica puede causar sangrado severo y graves problemas de salud: quistes, infecciones, infertilidad y complicaciones en el parto, así como un aumento en el riesgo de muertes de recién nacidos.
Si bien se concentra principalmente en 30 países de África y Oriente Medio, es un problema universal y se registra en algunas naciones de Asia y América Latina.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible busca poner fin a la mutilación genital, que generalmente se realiza en niñas y jóvenes.
Según estimaciones de la ONU, al menos 200 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital.
Mientras, 68 millones de niñas corren ese riesgo de 2015 a 2030.