La Habana, 18 abr (Prensa Latina) El gobierno cubano llamó a la comunidad internacional y a los estadounidenses a detener la escalada de agresividad de la Casa Blanca, que apuesta por recrudecer el bloqueo económico contra el país caribeño.
Anoche, en una declaración del Gobierno Revolucionario, Cuba calificó de irracional la política de hostilidad del gobierno de Donald Trump y recordó su aislamiento ante el cerco que impone desde hace casi seis décadas.
«Los Estados miembros de las Naciones Unidas con toda razón año tras año, reclaman de manera casi unánime el fin de esta guerra económica», precisó en respuesta a las nuevas medidas de Washington para doblegar a La Habana.
A
yer, el secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, una iniciativa aprobada en 1996 destinada a buscar un cambio de régimen en Cuba, con la asfixia económica como punta de lanza.
Dicho capítulo permite la presentación de demandas en cortes norteamericanas sobre propiedades nacionalizadas por el gobierno revolucionario cubano, en un intento de frenar el acceso a inversión extranjera, al acusar a socios de «traficar» con bienes «confiscados».
Por su parte, el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, divulgó acciones adicionales para debilitar a Cuba, al limitar las remesas que envían los cubanos residentes en Estados Unidos a sus familiares.
Asimismo, Bolton adelantó mayores restricciones de viaje para los norteamericanos, quienes tienen prohibido hacer turismo en la nación caribeña.
El gobierno cubano repudió la escalada de hostilidad de Washington y vaticinó su fracaso.
Además de apelar al mundo para que frene la agresividad de la Casa Blanca, pidió en particular a los países de América Latina y el Caribe hacer prevalecer, en beneficio de todos, a la región como una zona de paz.
Ayer, la administración Trump también recrudeció sus presiones contra Venezuela y Nicaragua, donde igualmente pretende imponer el cambio de régimen.
Cuba enmarcó esta postura en los apetitos imperiales derivados de la aplicación de la Doctrina Monroe para la dominación regional.
Ante las nuevas medidas, el presidente Miguel Díaz-Canel respondió que Cuba no se rendirá ni aceptará leyes para regir su destino.
«En Cuba mandamos los cubanos. Cuba confía en sus fuerzas y en nuestra dignidad», sentenció en su cuenta en la red social Twitter.
La activación del Título III de la Ley Helms-Burton motivó un rechazo inmediato de la Unión Europea y Canadá, ya que una parte importante de los inversores en la isla proceden del viejo continente y de la nación norteña.
En Estados Unidos, voces de diversos sectores se alzaron para criticar la hostilidad de Washington.
El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Eliot Engel, cuestionó tal postura y opinó que pudiera afectar las relaciones de Estados Unidos con sus aliados, algunos de ellos dispuestos -según adelantaron- a seguir pasos legales si se afectaran sus intereses en la isla.
En Francia:
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