Barcelona, España, 1 may (Prensa Latina) Una faena maravillosa de Lionel Messi y salvadas antológicas de Marc Andre Ter Stegen garantizaron el triunfo de hoy por 3-0 del Barcelona sobre el Liverpool en la Liga de Campeones del fútbol de Europa.
El Barça sufrió hasta límites insospechados pero logró solventar el compromiso con una ventaja significativa de cara al duelo de vuelta de la eliminatoria de semifinales, previsto para el próximo martes, en Anfield Road.
La historia comenzó con una intensidad endiablada. Ambos equipos buscaban la portería rival con vehemencia y sin complejos. El Camp Nou, repleto hasta la bandera, parecía un manicomio.
El Barcelona puso irse delante en el minuto 3, pero el zaguero camerunés Joel Matip anticipó un pase de la muerte del croata Ivan Rakitic y envió el balón a córner.
Apenas unos instantes después, el atacante senegalés Sadio Mané cayó dentro del área barcelonista y pidió penal, pero el árbitro principal Bjorn Kuipers dejó seguir -correctamente-.
Curiosamente en los primeros 10 minutos de juego, el Liverpool dominó la posesión del balón, algo poco habitual para el Barcelona.
En las tribunas se podían leer muchos carteles: «Més que un club» y «You all never walk alone», entre otros miles.
Ya en el 23, el guineano Naby Keita debió abandonar la cancha por lesión. En su lugar entró el gran capitán del Liverpool Jordan Brian Henderson.
Apenas tres minutos después estalló el Camp Nou. Luis Suárez y todo Uruguay cantó el 1-0. El charrúa se anticipó al zaguero holandés Virgil van Dijk y mandó al fondo de las redes, sin piedad, un pase al espacio, milimétrico, de Jordi Alba.
Suárez no tenía goles en la presente Champions. De hecho, no marcaba en la competición continental desde el 4 de abril de 2018, ante la Roma. Su grito de gol se escuchó en su natal Salto. Al partido le quedaba una eternidad.
Al rato, Mané recibió un pase quirúrgico en el minuto 34 y, solo frente al arquero alemán Marc Andre Ter Stegen, envió su disparo por encima de la portería azulgrana.
Poco a poco, el Liverpool comenzó a equilibrar la balanza y a acercarse al empate. Sin embargo, el Barcelona era un peligro aterrador en cada jugada de contragolpe.
El 1-0 perduró hasta el pitazo que marcó el final del primer tiempo. El gol de Suárez daba ventaja temporal al Barcelona, cuando faltaban 45 minutos por disputar del partido de ida de la eliminatoria de semifinal. Lionel Messi y Mané, hasta ese momento, eran los mejores jugadores de sus respectivos equipos.
Nada más comenzar el segundo tiempo, James Milner puso empatar el duelo, pero Ter Stegen realizó una gran atajada y mantuvo milagrosamente a los suyos al frente en el marcador.
Otra vez Ter Stegen salvó al Barça en el 53. El portero teutón, para muchos el mejor del mundo, salvó un disparo raso con dirección a gol del extremo egipcio Mohamed Salah.
El bombardeo del Liverpool siguió de inmediato: Salah recibió por la banda derecha, centró al área y Milner disparó a boca jarro, pero Ter Stegen volvió a sacar las castañas del fuego al atrapar la pelota sin dar rebote.
El asedio era tal que el entrenador del Barcelona Ernesto Valverde sacó un delantero (Coutinho) y metió a un defensa (Nelson Semedo) para equilibrar el choque, para distribuir mejor la presión en labores de contención.
Y justo cuando mejor jugaba el Liverpool apareció el mejor jugador del mundo, Lionel Messi. El argentino, entre cuatro jugadores, dio un pase exquisito, Suárez mandó el balón al travesaño y el rebote le cayó servido al genio barcelonista, quien marcó a placer el 2-0 en el minuto 75.
Para Messi este fue su onceno gol de la temporada 2018-2019 de Champions, líder, y el número 111 desde que debutó en la competición europea.
Pero apenas fue el aperitivo porque en el 82 Messi marcó el mejor gol del año: un obús, de tiro libre, desde 40 metros, que se clavó en la escuadra. Una obra de arte. Un Gaudí en Barcelona.
El Camp Nou en pleno se puso en pie a venerar a su dios. Muchos no podían creer lo que veían sus ojos. En realidad, nadie lo podía creer. Los hinchas del Liverpool presentes en la instalación aplaudían; los del Barça dejaban sus voces en el éter.
El 3-0 parecía decisivo, sin embargo, el Liverpool fue a la carga y pudo descontar en el 85, pero el disparo de Salah dio en el palo y salió lejos de la portería de Ter Stegen.
El Barcelona supo sufrir. El Liverpool fue incapaz de marcar, un factor muy negativo para los Reds para la vuelta porque los goles de visitantes valen doble.
Barcelona, que busca su primera final desde 2015, cuando precisamente alzó su último título de Champions, tiene prácticamente asegurada su presencia en la gran final, prevista para el 1 de junio en el Wanda Metropolitano de Madrid.
En la jornada de ayer, el Ajax de Ámsterdam derrotó por 1-0 al Tottenham en la otra semifinal del campeonato y tomaron la delantera.
Los holandeses lograron el triunfo sobre los ingleses en calidad de visitantes, con solitario gol de Donny van de Beek en el minuto 15.
El choque de vuelta de esa eliminatoria se disputará el próximo miércoles en el Ámsterdam Arena, el hogar de los Ajacieden.
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