Washington, 9 jun (Prensa Latina) El presidente estadounidense, Donald Trump, decidirá sobre la posible aplicación de nuevos aranceles contra China tras la cumbre del G-20 en Japón, a fines de este mes, confirmó hoy el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Durante ese encuentro, los días 28 y 29 en la ciudad de Osaka, Trump tiene previsto reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, recordó el titular en una entrevista con el canal de televisión CNBC.
A juicio de Mnuchin, la administración norteamericana quiere estar segura de que ambos países van por el camino adecuado con el fin de alcanzar un acuerdo comercial.
Para expertos, el logro de ese pacto resulta crucial en aras de terminar la guerra del sector, que dura más de un año, entre las dos mayores economías del mundo, con incidencias más allá del ámbito bilateral.
Si China quiere avanzar, nosotros estamos listos para hacerlo en los términos que tenemos; si no quiere avanzar, entonces Trump estaría contento de proceder con aranceles para reequilibrar la relación, expuso Mnuchin.
Hace tres días, el jefe de la Casa Blanca reiteró sus amenazas de imponer tarifas a productos chinos con un valor de 300 mil millones de dólares.
Están sucediendo muchas cosas interesantes en nuestras conversaciones con China, veremos qué pasa, podrían aumentar los aranceles, y lo haré en el momento adecuado, manifestó en Irlanda antes viajar a Francia como parte de su reciente gira por Europa.
Posteriormente, Trump aseguró que tomará la determinación acerca de los impuestos después de la cita del G-20.
Como respuesta, el Ministerio chino de Comercio puntualizó que luchará hasta el final si Estados Unidos decide aumentar las tensiones comerciales.
Según Gao Feng, portavoz de ese organismo, el uso de la mayor presión por parte de Washington ha causado serios reveses a las negociaciones comerciales.
El Gobierno chino advirtió a inicios del presente mes en un informe oficial, el llamado libro blanco, que este conflicto está perjudicando al mundo y a la propia economía norteamericana.
Asimismo, señaló a Estados Unidos como el único culpable del estancamiento de las conversaciones entre las dos partes.
Washington incrementó los gravámenes del 10 al 25 por ciento a productos chinos valorados en 200 mil millones de dólares el 10 de mayo, cuando los dos países celebraban en esta capital nuevas conversaciones para llegar a un acuerdo comercial.