Rechazan en México redadas contra inmigrantes en Estados Unidos

Por Luis Manuel Arce Isaac

México, 13 jul (Prensa Latina) A menos de 24 horas de que se cumpla la amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de realizar redadas masivas de inmigrantes indocumentados, en México continúan expresiones de rechazo a esa decisión.

El gobierno mantiene la esperanza de que sus connacionales no estén en las listas de los inmigrantes que serán deportados a sus países o encarcelados en Estados Unidos, en respeto al plan de migración firmado con Washington para conjurar la amenaza arancelaria de Trump del 7 de junio contra las importaciones mexicanas.

No obstante, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró en las últimas horas que si los mexicanos residentes en Estados Unidos son afectados, su gobierno tiene lista una respuesta para proteger a sus ciudadanos radicados al otro lado de la frontera, mientras que la Secretaría del Exterior ya reforzó a sus consulados en Estados Unidos y duplicó sus presupuestos.

En Ciudad de México continuaron este sábado expresiones de rechazó a las pretensiones de Trump que, aunque consideradas una maniobra electorera para complacer a los sectores más recalcitrantes y conservadores de los votantes, no dejan de ser muy dañinas e intranquilizadoras para el país.

En el caso mexicano ya no se trata solamente del caos en la frontera que se podría generar por el regreso de millones de mexicanos que llevan años trabajando en Estados Unidos sin  documentos migratorios, ni tampoco de una baja importante de las remesas, que suman miles de millones de dólares, sino un asunto de crédito y respeto al gobierno de López Obrador.

El asunto está en que el mandatario mexicano se vio precisado a tomar medidas migratorias que no estaban contempladas en su proyecto de la IV Transformación, para evitar una guerra comercial con Estados Unidos potencialmente desastrosa para México, y se comprometió moralmente a reducir al mínimo el paso de migrantes por su territorio hacia Estados Unidos.

Para ello hizo concesiones no programadas como darle en los hechos a la Guardia Nacional un papel de guardianes fronterizos no incluido en el diseño de un cuerpo ideado para profesionalizar la batalla contra la inseguridad y violencia criminal, e incluso la corrupción, generadora de esos males.

El acuerdo alcanzado en Washington entre el canciller Marcelo Ebrard y su colega Mike Pompeo incluía un despliegue militar importante tanto en la frontera norte como en la sur, lo cual, en la práctica, alejó en más de tres mil kilómetros las presiones que los migrantes ejercían sobre Estados Unidos desde Tijuana y otros puntos de la larga frontera norte.

Con esos acuerdos -aun cuando México no acepta en teoría ser tercer país seguro- a Trump ni siquiera le haría falta levantar el muro fronterizo pues el papel que este jugaría ya lo desempeña su vecino en Tapachula con las condiciones impuestas a toda persona que desee ingresar al país.

En sus conferencias de prensa matutinas del jueves y viernes de la semana pasada, López Obrador tomó como leiv motiv la existencia de un compromiso de Estados Unidos de dar un tiempo acordado para frenar el éxodo migratorio, lo cual ha reconocido su vecino e incluso lo ha felicitado.
Sobre esa base estimó que Trump no debe extender las redadas a los mexicanos. Si lo hace, dijo finalmente, México está preparado para tomar medidas, pero no reveló cuáles ni cómo.

En el caso de las redadas llama la atención que uno de los grupos más activos en México contra esa aberración xenófoba es la comunidad de estadounidenses en la que unos tres millones son indocumentados como admiten ellos mismos.

Una de sus organizaciones, Democrats Abroad, se plantó este fin de semana frente a la embajada de Estados Unidos en el Paseo de la Reforma, para dejar en claro que «ningún ser humano es ilegal», protestar contra las condiciones inhumanas de centros de detención de migrantes en su país y exigirle a Trump que desista de las redadas.

Lori Diane Smith, vicepresidenta del Partido Demócrata en México, expresó que «todos estamos unidos para exigir no a las jaulas, no a la detención de los niños y demandar que se respeten los derechos humanos de estas familias».

A Democratas Abroard se unieron otras como New Comienzos que tiene de interesante el estar formada de una manera mayoritaria por dreamer (soñador) deportados de Estados Unidos, y otra puramente nacional, la Coalición de Migrantes Mexicanos, que agrupa a expulsados de ese país.
El gobierno mexicano está a la expectativa de lo que ocurra a partir de las redadas de Trump, y no solamente por sus consecuencias sobre los connacionales que se puedan ver afectados, sino también por la evacuación de centroamericanos que, dado el acuerdo migratorio, Washington podría presionar para retornarlos a sus países por México.