Washington, 4 ago (Prensa Latina) El alguacil del condado estadounidense de El Paso, Richard Wiles, manifestó hoy que el sospechoso del tiroteo masivo ocurrido ayer en la ciudad homónima «vino a matar hispanos» y expresó su indignación por el crimen.
Este hombre anglo vino aquí para matar hispanos. Estoy indignado y ustedes también deberían estarlo. Toda esta nación debería estar indignada, escribió en su página en la red social Facebook.
Wiles, quien también es el exjefe del Departamento de Policía de El Paso, en el estado de Texas, lamentó que en estos tiempos, «con todos los problemas serios que tenemos, todavía nos enfrentamos con personas que matarán a otros por la única razón del color de su piel».
El alguacil ofreció palabras de elogio por la respuesta del Departamento de Policía de El Paso y resaltó la diversidad de la ciudad, que se encuentra al lado de la frontera entre Estados Unidos y México, y donde el 80 por ciento de la población es de origen latino.
Me temo que las cosas no mejorarán. Sin señalar a nadie en particular, pero estoy harto de que la gente salte frente a las cámaras ofreciendo oraciones y condolencias, ya que las cosas siguen empeorando, agregó en su publicación en Facebook.
El sospechoso del tiroteo que dejó 20 muertos y 26 heridos fue identificado por los medios de prensa como Patrick Crusius, un hombre blanco de 21 años que está bajo custodia de las autoridades y quien, según la policía, condujo ocho horas desde el área de Dallas-Fort Worth.
Crusius ha sido vinculado a un manifiesto publicado en línea poco antes del tiroteo en el que el autor critica a latinos e inmigrantes, habla de temores de que los hispanos tomen el poder en Estados Unidos y declara su apoyo al pistolero que mató este año a 51 personas en dos mezquitas de Nueva Zelanda.
Es hora de levantarnos y responsabilizar a nuestros representantes en todos los niveles. Quiero representantes que se opongan al racismo, que se pongan de pie y apoyen la diversidad de nuestra nación y nuestro estado, manifestó el alguacil.
Wiles añadió que quiere representantes que defiendan un sólido sistema de justicia penal que responsabilice a los delincuentes y mantenga a las personas violentas encerradas y alejadas de las calles, que apoyen robustos servicios comunitarios de salud mental y ayuden a mantener las armas fuera del alcance de quienes solo esperan la oportunidad de matar a otros.
Las autoridades federales dijeron que están «considerando seriamente» presentar cargos por delitos de odio en el caso, los cuales conllevarían la pena de muerte.
Estamos tratando este como un caso de terrorismo doméstico, y vamos a hacer lo que hacemos con los terroristas en este país, declaró este domingo John Bash, el fiscal para el Distrito Oeste de Texas.