París, 31 ago (Prensa Latina) El movimiento de los Chalecos Amarillos realiza hoy su cuadragésimo segundo sábado consecutivo de protestas en Francia, bajo un llamado desde sus filas a revitalizar las acciones tras meses de escasa participación al compararla con sus inicios.
Según las convocatorias circuladas en las redes sociales y en sitios web, la principal actividad tendrá lugar en la frontera franco-suiza para rechazar la violencia policial de la que aseguran han sido víctimas.
En ese sentido, los chalecos amarillos prevén manifestarse junto a colegas suizos frente a la sede de las Naciones Unidas en Ginebra.
Las protestas en esta capital tendrán como punto de concentración la plaza Gambetta, desde donde partirán en un recorrido por varios puntos de la ciudad, de acuerdo con los llamamientos.
El reclamo de un mayor poder de compra y de justicia fiscal centra la convocatoria de este sábado del movimiento que a finales de 2018 y principios de este año logró reunir a casi 300 mil personas, pero que en los últimos meses no supera los 15 mil.
Durante la segunda quincena de agosto, algunas de las figuras más conocidas, entre ellas Eric Drouet han anunciado un resurgimiento al culminar la etapa veraniega.
Algunos aquí consideran que son llamados que no encontrarán una respuesta masiva, pero otros advierten sobre un panorama fértil para el rechazo al gobierno en sectores como los agricultores, muchos de ellos descontentos con los acuerdos de libre comercio, y los trabajadores, ante la polémica reforma de las pensiones impulsada por el ejecutivo.
El movimiento llamó a salir a las calles durante todos los sábados de septiembre, y a realizar el 21 una gran marcha contra «el sistema, la destrucción del planeta, las élites, las reformas gubernamentales y todas las formas de discriminación».
Según los chalecos amarillos, ese sábado París será escenario de una «movilización histórica».
Por su parte, el gobierno acusa de violentos a los protestantes e insiste en que las reformas emprendidas por el presidente Emmanuel Macron dan respuesta a las necesidades de los franceses, dejándolos sin argumentos.