Washington, 3 sep (Prensa Latina) Walmart dejará de vender municiones para armas cortas en Estados Unidos cuando comercialice todo el inventario actual, anunció la compañía hoy, a un mes del tiroteo masivo en una de sus tiendas en Texas.
La multinacional también dejará de comercializar municiones para rifles de cañón corto y suspenderá las ventas de pistolas en Alaska, el único estado norteamericano donde todavía las ponía a disposición del público.
Walmart también solicitará que sus clientes ya no lleven armas de forma abierta a ninguno de sus cuatro mil 700 establecimientos o a sus tiendas Samâ€Ös Club, en los estados del país donde es permitido ese tipo de portación.
A pesar de esas medidas, sí continuará vendiendo rifles de cañón largo y escopetas, así como gran parte de las municiones para esas armas, y continuará permitiendo que sus clientes con licencia de portación puedan entrar con armas ocultas en sus tiendas.
Está claro para nosotros que el statu quo es inaceptable, dijo el presidente ejecutivo de la empresa, Doug McMillon, en un memorando dirigido a sus empleados, en el cual indicó que los cambios fueron provocados por el tiroteo del 3 de agosto en una de sus tiendas en El Paso, Texas, que dejó 22 muertos, y otros crímenes de ese tipo.
Sabemos que estas decisiones incomodarán a algunos de nuestros clientes, y esperamos que lo entiendan, añadió McMillon, quien sostuvo que están tratando de tomar medidas constructivas para reducir el riesgo de que eventos como esos vuelvan a suceder.
De acuerdo con la compañía, las acciones anunciadas este martes deben reducir su participación de mercado en las ventas de municiones de alrededor de un 20 por ciento actual a solo un seis por ciento.
El presidente ejecutivo también manifestó que enviará cartas a la Casa Blanca y a los líderes del Congreso para pedirles adoptar «medidas de sentido común» contra la violencia armada.
Como parte de esas demandas, llamará al Gobierno a fortalecer las verificaciones de antecedentes de los compradores de armas y a retirar esos artefactos a personas que se haya determinado que representan un inminente peligro.
El tiroteo en El Paso, y el ocurrido al día siguiente en Dayton, Ohio, donde murieron nueve personas, reavivaron el debate en el país sobre el fácil acceso a las armas de fuego, e incrementaron las exigencias de organizaciones y público en general para adoptar leyes más estrictas que controlen su portación.
Sin embargo, el presidente Donald Trump y muchos republicanos del Congreso han tratado de desviar la atención de las armas de fuego y culpan de los frecuentes tiroteos masivos a las enfermedades mentales.