Asegura el presidente, Andrés Manuel López Obrador, que el caso Culiacán sirvió para ratificar su vocación pacifista y por ello minimizó las críticas por las decisiones tomadas.
“Una masacre ordenada por el Presidente es una mancha que no se quita ni con toda el agua de los océanos, ¡ah! que digan que faltaron pantalones, que nos humillaron, que se debilitó el gobierno, no eso no es nada ante un señalamiento de ordenar un exterminio, eso sí yo no sé cómo pueden dormir quienes piensan o les tocó actuar de esa manera, pues con altas dósis de tafil”.
Y por ello reiteró que aunque se lleven a cabo encuestas y haya quienes pidan un cambio de estrategia en materia de seguridad, va a seguir con la misma política