El desarrollo humano es el proceso en el cual una sociedad debe mejorar las condiciones de vida de las personas que la conforman. Para alcanzar esto, deben aumentar aquellos bienes que los puedan proveer tanto de sus necesidades básicas como de las complementarias. Además, deben crear un entorno social capaz de respetar los derechos humanos que todos poseen.
Las habilidades de un emprendedor describen su grado de competencia para cumplir objetivos y metas. Éstas pueden ser aptitudes, destrezas o capacidades innatas, pero también se pueden desarrollar mediante la práctica. Se aprenden y se integran al comportamiento y a las acciones cotidianas a través de la prueba y el error.
El emprendedor está en constante resiliencia para poder resistir los errores y áreas de oportunidades que su empresa va enfrentando y necesita una alta seguridad para mejorar su empresa y retroalimentarla. La cognición emprendedora es una perspectiva crítica para la comprensión del fenómeno del emprendimiento (Mitchell et al., 2007), y consiste en entender “cómo piensan los emprendedores» y estudiarlos enfocándose específicamente en los procesos de Un cambio de mirada o de tratar de vencer paradigmas.
El emprendedor necesita saber o tomar conciencia, por ejemplo, si está más centrado en las personas o en las tareas organizacionales, si tiene las suficientes habilidades interpersonales, si posee un alto o un bajo nivel de autoestima que lo pueda afectar, si su tendencia está dirigida a competir o a cooperar y su nivel de estabilidad emocional o su tipo de pensamiento.
Necesita ampliamente un autoconocimiento de sus habilidades, fortalezas y debilidades para potenciar y las debilidades reducir las que se puedan regulablemente estos necesitan un asesoramiento.
Todos podemos desarrollar nuestra parte de ser emprendedor solo es cuestión de un autoconocimiento en todos los aspectos y de tener un proyecto que nos logre apasionar completamente para no dejarlo inconcluso e irlo validando día a día.