El plan Marshall (oficialmente en inglés: European Recovery Program), que debe su nombre histórico al entonces secretario de estado de Estado Unidos: George C. Marshall, quien señalo la importancia y la urgencia de la reconstrucción de Europa para el capitalismo de Estados Unidos; frente a la creciente amenaza de Stalin y el comunismo ruso. Consistió en una serie de medidas y estrategias, políticas y económicas como: dar apoyo para la reconstrucción de las zonas destruidas por la guerra (incluida Alemania Occidental), eliminar las barreras al comercio internacional europeo, modernizar la industria del continente. En general hacer que Europa prosperara de nuevo de nuevo. Por supuesto la ayuda norteamericana, no fue desinteresada; el objetivo principal de este plan, era evitar las expansiones del comunismo por Europa. En una época en la que los bandos de la Guerra Fría, ya se estaban perfilando. El plan tuvo una duración de cuatro años, a partir de 1948, y los apoyos dados por los norteamericanos sumaron un valor de 13,000 millones de dólares (como dicen los abuelos: «de aquel entonces»).
Los soviéticos respondieron con la creación del Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON en inglés) una organización formada por los países socialistas en torno a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). para impulsar la cooperación económica entre estos.
Lo Siguiente es completamente una opinión, basada en la escasa información con la que cuento, siéntanse libres de diferir y dialogar.
La ayuda que Europa recibió de los norteamericanos no fue para nada desinteresada. Todo fue parte de un plan para evitar que el comunismo se expandiera por una Europa, que se encontraba devastada tras la segunda guerra mundial. Situación que, resultaba más que idónea para la proliferación de la ideología comunista en las naciones europeas. Pero también es cierto que la ayuda soviética tampoco fue desinteresada, los soviéticos resultaron ser bastante estrictos con sus aliados. Ambas naciones querían demostrar la superioridad de sus sistemas políticos e ideologías.
Sin embargo, a mi parecer, no podemos ignorar que los europeos recibieron bien la ayuda ofrecida por Estados Unidos y, tomar el lado de los soviéticos era prácticamente avasallarse a Stalin. Por último, me gustaría que consideraran la posibilidad de que, tal vez, la expansión del comunismo en Europa occidental podría haber derivado en un conflicto a una escala mucho mayor de la Guerra Fría. Una guerra abierta entre ambos bandos, o situaciones parecidas a lo que sucedió en España, Corea y Vietnam: Naciones divididas por ideologías y compatriotas matándose unos a otros.