Aunado al ya de por sí difícil problema para salir cada mañana de Cuautepec por la cantidad de autos estacionados a ambos lados de la principal vía de salida, a la cantidad de topes que llega a ser de uno cada 100 metros, además de los tradicionales baches desatendidos durante años, los vecinos de Cuautepec se quejan que desde hace dos meses iniciaron obras de reencarpetamiento en 3.5 kilómetros y hoy es día que no sólo no terminan, sino que desde hace 10 días fueron retiradas las máquinas ralladora y asfaltadora.
“Sin duda es importante que las autoridades de la Ciudad realicen obras en beneficio de la población, pero ya van dos meses de estos trabajos que causan problemas en la población que todos los días debemos salir a laborar. Imaginen cómo llegamos a nuestros centros de trabajo tras por lo menos una media hora más de tiempo que perdemos cada día”, expresó Juan Téllez de Asamblea Cuautepec. La casa de todos!
Las obras iniciaron el lunes 30 de septiembre, cuando llegaron las máquinas a Cuautepec Barrio Alto, a las calles Miguel Lerdo de Tejada y Juventino Rosas, que es la vía de salida del pueblo. Pero desde hace más de 10 días para cruzar los 500 metros de donde realizaron el rallado del pavimento sin haber terminado, que es la zona conocida como La Palma en la calle Benito Juárez y La Laguna (el vaso regulador), se pierden diariamente entre 25 a 35 minutos.
“De donde vivo a las vías ya en la parte baja donde se están realizando las obras que han sido paradas actualmente, hasta boulevard Temoluco donde transbordo, de un trayecto de 2.5 kilómetros donde hago normalmente 15 minutos actualmente me estoy haciendo hasta 30 minutos”, expresó Andrea Allende, quien solicitó a las autoridades de la ciudad o de la alcaldía que ya terminen la obra.
Juan Téllez, impulsor entre otros de los miembros de Asamblea Cuautepec y del Proyecto Integral de Movilidad para el Bienestar de Cuautepec, dijo que subsisten los mismos problemas y vicios que con este tipo de obras y la lentitud y falta de atención por parte de las autoridades, hacen más difícil la movilidad y el bienestar de los vecinos a los que les afecta el estrés durante su recorrido.
“Estas obras deberían venir acompañadas con un cambio de actitud y de cultura impulsados desde el propio gobierno, pero nada de eso se realiza y por el mismo motivo las cosas siguen igual y cada día empeoran”, destacó el vecino.
Andrea Allende dijo que cada minuto que pierden en el transporte, es un minuto que dejan de atender a su familia madres que como ella, deben trabajar también. “Lo que está en juego es la calidad de vida de las personas trabajadoras, pues se incrementa el estrés y disminuye el tiempo para descansar, afectando la salud… Que puede resultar en cansancio crónico y estrés”, reveló.