Londres, 18 ene (Prensa Latina) El ministro de Hacienda del Reino Unido, Sajid Javid, advirtió hoy que no habrá un alineamiento con las normas europeas tras el Brexit, por lo que las empresas tendrán que ajustarse a nuevas regulaciones.
No habrá armonización, no acataremos órdenes, y no estaremos en el mercado único ni en la unión aduanera, recalcó el funcionario al diario Financial Times.
De acuerdo con Javid, quien se rehúso a especificar cuáles reglas de la Unión Europea (UE) quedarán descartadas una vez que concluya el periodo de transición post-Brexit a finales de diciembre próximo, algunas empresas saldrán beneficiadas y otras no, con esta decisión.
Apuntó, sin embargo, que los fabricantes y productores, en particular los del sector farmacéutico y automotor, sabían desde 2016, año en que el 52 por ciento de los británicos votó en un referendo a favor de la ruptura, que el Reino Unido abandonaría la alianza a la que perteneció durante 47 años.
En virtud del tratado de retirada acordado por el primer ministro Boris Johnson con sus pares europeos, el Reino Unido saldrá del bloque el 31 de enero próximo, y luego ambas partes tendrán 11 meses para negociar la futura relación comercial bilateral.
La advertencia de Javid desató una ola de comentarios dentro de la comunidad empresarial británica, incluido el directivo de la Federación de Bebidas y Alimentos, Tim Rycroft, quien aseguró a la emisora Radio 4 de la BBC que equivalía a firmar una «sentencia de muerte» para el concepto de un comercio sin fricciones con la UE.
Tenemos que asegurarnos de que el gobierno entienda claramente cuales serán las consecuencias para industrias como la nuestra si cambian nuestros términos comerciales, apuntó el empresario, quien pronosticó un incremento de los precios de los alimentos una vez concluido el periodo de transición.
De su lado, la directora general de la Confederación de la Industria Británica, Carolyn Fairbairn, saludó la visión «ambiciosa» del Ejecutivo liderado por Johnson, pero opinó que el mismo no debe sentirse obligado a abandonar las normas europeas.
La Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores también destacó la integración especial que existe entre la industria automotriz británica y europea, y señaló que su prioridad era evitar tarifas caras y otras barreras por detrás de la frontera.