Santiago de Chile, 17 feb (Prensa Latina) Los casos de violencia sexual y de pareja entre adolescentes aumentaron 64 por ciento en Chile durante la primeras mitad de 2019, indicó hoy un informe del Ministerio de Salud Pública (Minsal).
Datos del estudio señalan que el total de jóvenes atendidos en centros hospitalarios en el primer semestre del año pasado ascendió a dos mil 811, que representa un considerable aumento respecto de los mil 718 del mismo período de 2018.
De esos casos, dos mil 106 corresponden a violencia sexual, y mil 860 tuvieron como víctimas a mujeres y el resto a hombres.
Entre las mujeres víctimas de la violencia sexual 562 tenían entre 10 y 14 años y mil 298, entre 15 y 19, mientras que entre los varones 79 eran de entre 10 y 14 años y 167, entre 15 y 19.
El informe señala que los casos de violencia de pareja o entre novios, constatados en los centros de salud durante el primer semestre del pasado año, ascendieron a 705, lo que representa igualmente un considerable aumento con respecto a la misma etapa de 2018, cuando se reportaron 510 hechos de esa naturaleza.
De la misma forma, la mayoría de las víctimas son del sexo femenino, con 495 casos, de los cuales 113 se perpetraron contra menores de entre 10 y 14 años.
Al analizar estas preocupantes estadísticas, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, declaró que las cifras muestran un alza, pero explicó que se desconoce si corresponden a un aumento real de la violencia o si obedecen a un incremento de las notificaciones.
Daza señaló que «probablemente también ocurría esto antes, pero no se notificaba, porque ahora las personas, en este caso las jóvenes, están más dispuestas a denunciar» ese tipo de delitos.
Para María Cekalovic, directora del Instituto Nacional de la Juventud, organismo público encargado de colaborar con el gobierno en el diseño, planificación y coordinación de políticas relativas a ese sector poblacional, se trata de que hoy existe un «empoderamiento y mayor concientización».
Señaló además que hay mayor información, dando cuenta de que la violencia no es algo normal, y el cambio cultural asociado a los movimientos feministas ha sido puntal en que las personas, sobre todo mujeres, visibilicen y denuncien estos hechos».