La vitrina de la desigualdad en Estados Unidos: Nueva York

Washington, 18 feb (Prensa Latina) La ciudad de Nueva York es la vitrina de la desigualdad en Estados Unidos, según comenta hoy el sitio theamericanconservative.com.


Un amplio artículo rubricado por Peter Van Buren, un exfuncionario del Departamento de Estado, señala que en Manhattan, uno de los cinco barrios de la ciudad, 80 mil vagabundos y sin techos son el epicentro de la desigualdad económica.


Precisa que en la llamada Gran Manzana residen 70 multimillonarios, más que cualquier otra ciudad americana, y casi un millón de millonarios, más que cualquier otra ciudad del mundo.


La ciudad, subraya, también tiene la mayor población de personas sin hogar de cualquier metrópolis americana, cerca de 80 mil, cifra que sigue creciendo.


El articulista amplía que el número de adultos solteros sin hogar hoy en día es 142 por ciento más alto que hace diez años, y actualmente se encuentra en el nivel más alto desde la Gran Depresión.


Añade la fuente que unos tres mil seres humanos hacen su hogar a tiempo completo en el sistema de metro.


Van Buren plantea que las bibliotecas públicas son una de las instalaciones compartidas con los más de 64 mil indigentes que duermen por la noche en el archipiélago del gulag del vasto sistema de refugios de la ciudad de Nueva York.


En otra parte de su aproximación al problema, el articulista asevera que la desigualdad económica también es la vida de los neoyorquinos ligeramente mejor situados.


No son personas sin hogar, precisa, sino malditos pobres, 400 mil residen en viviendas públicas permanentes pagadas por los contribuyentes.


Asimismo indica que estas historias urbanas son sólo sobre una parte de la población sin hogar. Los otros están inclinados más allá de los sistemas existentes, tan severamente enfermos mentales que son expulsados de los cafés y refugios.


El análisis cuenta historias descarnadas y la existencia de medidas más agresivas, por ejemplo, las tiendas de la ciudad de Nueva York invierten en rejas de púas en las que los indigentes no pueden acostarse.


Toda la historia de la desigualdad económica y de esta ciudad se cuenta en el enlatado, la microeconomía de devolver las latas de aluminio para el depósito de cinco centavos, agrega.


Lo que se inició en 1982 con la esperanza de que el depósito animara al consumidor a reciclar junto con los niños que recogen las latas para complementar sus prestaciones se convirtió en una forma de ganarse la vida para unos ocho mil seres humanos, indica.

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