Washington, 27 feb (Prensa Latina) Autoridades de Salud estadounidenses llamaron a la población a estar preparada para la posibilidad de que el coronavirus COVID-19 se propague en el país.
El virus, que ya se extendió a 47 países, ejerce presión sobre las empresas y las cadenas de suministro de todo el mundo, y aquí por ejemplo, los medidores económicos se recienten sobre todo en la bolsa de Wall Street, donde el promedio industrial de Dow Jones bajó un 9,6 por ciento desde su máximo de febrero.
Según el diario The New York Times el petróleo crudo cayó más del cuatro por ciento, ya que los inversores sopesaron la posibilidad de una creciente parálisis económica relacionada con las medidas para detener el brote.
Los nuevos casos en Asia, Europa y Medio Oriente están renovando los temores de una pandemia mundial.
En este escenario, donde ya varias ciudades y condados emitieron alarmas, los mercados de bonos difundieron un profundo pesimismo sobre la economía, ya que el dinero inundó los mercados del Tesoro, empujando los precios al alza, y los rendimientos -que se mueven en dirección opuesta- a profundidades antes impensables, señala el Times.
«Las acciones y los bonos dicen que estamos condenados», escribió Chris Rupkey, economista financiero jefe del MUFG Union Bank, en una nota de investigación el jueves. «Cualquiera que tenga una mejor idea de lo que se avecina, por favor háganoslo saber, porque ahora mismo la dirección que sigue la economía es directamente hacia abajo», cito el Times.
También, señala el Times, los inversionistas tratan de evaluar el impacto financiero del COVID-19 temiendo que su rápida propagación fuera de China podría amenazar el crecimiento económico y las ganancias corporativas, ya que las compañías restringen los viajes y las fábricas en China permanecen cerradas.
Los analistas de la fianciera Goldman Sachs predijeron que las empresas del S&P 500 (considerado el índice más representativo de la situación real del mercado) no generarían ningún crecimiento de las ganancias como resultado de la crisis, debido a un «severo declive de la actividad económica china», a la interrupción de la cadena de suministro de las empresas estadounidenses y a la desaceleración de la economía estadounidense.
A las inquietudes de los mercados se suman condados como el de Orange, San Diego y la ciudad de San Francisco, en el estado de California, que declararon estado de emergencia por coronavirus y los temores de que el mal se despliegue en comunidades del todo el país.
Es preocupante para muchos la confirmación de nuevos casos de personas que no viajaron al exterior ni estuvieron en contacto con enfermos de coronavirus, señalaron este miércoles los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos.
Sin embargo, el presidente Donald Trump considera que los riesgos son «muy bajos» para los estadounidenses y que pueden desarrollar una vacuna «con bastante rapidez».
La Casa Blanca solo solicitó mil 250 millones de dólares en nuevos fondos para apoyar la preparación y el desarrollo de vacunas, algo que para congresistas demócratas, así como algunos republicanos, es insuficiente y la mayoría de los estadounidenses.