El gobierno de California decretó cuarentena para los casi 40 millones de residentes de la principal economía de Estados Unidos con el fin de frenar la ola de contagios.
La medida obliga a los residentes a permanecer en su casa; sin embargo, continuarán abiertas las tiendas de alimentos, bancos, farmacias, restaurantes a domicilio y gasolineras.
En California suman 19 muertes por la enfermedad.