Ciudad de México en medio del desierto

México, 22 mar (Prensa Latina) Aunque parezca increíble, la Ciudad de México vive hoy un desolado domingo en su tránsito de capital bulliciosa y enorme concentración de paseantes, a virtual desierto por la epidemia de Covid-19.


Las calles de la capital mexicana emulan con las de Italia o las urbes vacías y abandonadas en las películas de catastrofismo debido a la contingencia por la crisis sanitaria del nuevo coronavirus, aun cuando las medidas de distanciamiento social comienzan mañana lunes.


Aparentemente los alegres y comunicativos mexicanos, que soportan poco el encerramiento en sus casas y se caracterizan por atiborrar los espacios públicos a los que son adeptos, están haciendo en esta ocasión caso a los médicos y científicos que claman por el confinamiento, en especial de los mayores de 60 años.


La nueva heroína mexicana, Susana Distancia (por sana distancia), cala con su mensaje de preservación y resguardo ante el inminente paso de la fase uno de contaminación por importación, a las dos, por infección comunitaria.


Asombrosamente, las siempre desbordadas calles de Madero y Corregidora, las más populosas del centro histórico, lucen como sacos vacíos a pesar de que una gran parte de los comercios y restaurantes permanecen abiertos, mientras que lugares de esparcimiento como las famosas Roma o La Condesa, no se ve ni un alma.


La información muy detallada que da el gobierno desde un mes antes de que llegara a México el SARS Cov-2 que transmite el virus del Covid-19, está surtiendo efecto a pesar de que los más escépticos apostaban a que la gente no haría caso al confinamiento.


Este domingo demostró lo contrario y se espera que mañana lunes cuando comienza la jornada sana distancia y todas las escuelas se cierren, el acatamiento social de las medidas de prevención sea mayor.


La gobernante capitalina, Claudia Sheinbaum, que además es científica, ordenó el cierre de todos los museos, baños de vapor, gimnasios, cines, teatros, deportivos, zoológicos, pero todavía no lo ha hecho con los bares, cantinas y restaurantes donde se refugian sobre todos los jóvenes para combatir el virus con el alcohol del tequila y el mezcal.


También ordenó reducir al menos en 50 por ciento la cantidad de trabajadores que no tengan labores sustantivas en las alcaldías para que puedan permanecer en su casa, y que todos los eventos públicos y privados no puedan realizarse con más de 50 personas y en espacios amplios en los que no haya aglomeraciones.


El gobierno, y en particular el presidente Andrés Manuel López Obrador, han pedido a los mexicanos que no cunda el pánico por el avance previsto de la epidemia que está a punto de pasar a la fase dos.