Buenos Aires, 22 mar (Prensa Latina) Nora Cortiñas, la Madre de Plaza de Mayo, la guerrera argentina, la mujer que sigue dando la batalla contra las injusticias sociales, cumple hoy 90 años de vida y los argentinos le rinden homenaje en las redes sociales.
Quiso el destino que en estas, sus 90 primaveras, Norita, como la llaman cariñosamente, estuviera en el refugio de su casa, en aislamiento total y obligatorio, dada las circunstancias por un virus que hace crujir al mundo, ella, la que siempre está en la calle dando la pelea.
Pero sus amigos y todos aquellos que le profesan amor y respeto le envían un cálido abrazo colectivo.
Con su sonrisa que contagia paz, pese a los momentos duros que le ha tocado vivir, con su infaltable pañuelo blanco en la cabeza, ese que representa la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Norita tiene una voluntad de hierro y se le ve en todas partes, acompañando las luchas en Argentina pero también en Chile, ahí donde más la necesitan.
Esta mujer de gran temple, que más de cuatro décadas después sigue luchando por la memoria de su hijo Gustavo, uno de los más de 30 mil desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983), solo pide una cosa en estos tiempos, que se anulen todas las deudas que empobrecen, esclavizan y matan a tantos pueblos.
Ese es el regalo que pide. ¿Nos da una mano con el regalo? Juntas y juntos, podemos difundir su pedido, sumar nuestros apoyos y hacerlo llegar a los gobiernos, instituciones y actores económicos indicados, dice en un reciente llamamiento firmado también por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
Desde horas tempranas el nombre de Norita se repite en Twitter, donde nietos recuperados, hijos de desaparecidos, personalidades, pero sobre todo gente del común le agradecen por su valentía y tesón.
«En tiempos difíciles, sobran los ejemplos para pensar que se puede. Abrazo compañera», escribió en esa red social el ministro del Interior, Wado de Pedro, uno de los tantos nietos recuperados.
Con la foto de su querido Gustavo colgando siempre de su cuello, Norita sigue adelante, con sus 90 años, ahí está donde la necesiten, aquí en su Argentina, también en la lucha de los chilenos y las que dan hoy en Bolivia, en la región y más allá, con su sonrisa y su puño siempre en alto, recordando que en este país son 30 mil los desaparecidos.
«La lucha de todos los días es la que forma ese andamiaje de la memoria, la verdad y la justicia», dijo una vez, y sobre ese postulado sigue en la batalla junto a sus compañeras de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.